Los indígenas en Villa Montes piden dar con los responsables del derrame de residuos minerales. Aunque no hay contaminación, la falta de información termina perjudicándolos.
El pueblo Weenhayek espera los informes sobre el río Pilcomayo que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua ha estado socializando con las organizaciones afines al Gobierno nacional. Así también los análisis de laboratorio que encargó la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB).
Francisco Nazario, presidente del Comité de Defensa del Pilcomayo, recordó que dos hechos han mantenido en vilo a quienes viven del río Pilcomayo, el colapso del dique de colas en Potosí y las pruebas en un ducto, que habrían dejado supuestos residuos de petróleo en el agua.
En ambos casos, tanto el Gobierno nacional como el Regional descartaron una posible contaminación de las aguas. Sin embargo, la dirigencia indígena pide los documentos sobre los análisis que se han realizado.
“Hemos enviado varias notas y estamos esperando las respuestas. Una vez que tengamos esos informes técnicos, vamos a invitar a las autoridades departamentales, regionales y nacionales, para que nos los expliquen”, dijo Nazario, a tiempo de recalcar que todos los días recibe consultas de familias que viven cerca del río y quieren saber qué va a pasar.
A través de un spot, la directora de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Gobierno Regional del Chaco, Karen Aparicio, detalló que se conformó una comisión que se trasladó hasta la zona donde se hicieron las pruebas en un ducto que está fuera de funcionamiento.
“Se hicieron tres tomas, 100 metros alrededor de donde se registró la mancha, con la finalidad de descartar contaminación con gas o cualquier otro hidrocarburo”, dijo, a tiempo de recordar que se trata de un ducto que está en proceso de abandono.
Similar explicación dio la empresa Shell Bolivia Corporation (SBC), a través de un comunicado.
Detalló que las prueba se realizaron el 19 de agosto, en coordinación con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Se hicieron en una línea de recolección de gas que cruza el río Pilcomayo y que se encuentra fuera de operación desde el 2019.
“El objetivo era realizar una prueba hidráulica con trazador (colorante biodegradable de fácil identificación visual) en una línea de recolección de 8 pulgadas para lograr así el abandono definitivo de la misma en los próximos meses”, dice el comunicado, en el que también recalcan que ese procedimiento fue comunicado a la TCO Weenhayek y a las concesiones pesqueras.
Un problema recurrente
El presidente del Comité de Defensa del Pilcomayo lamentó que ese río sea golpeado constantemente con acciones que provocan cierto grado de contaminación, lo que termina afectando a los habitantes de las riberas.
“Con este tema de la ruptura del dique queremos que se llegue hasta las últimas consecuencias. Nosotros queremos que las autoridades den con los responsables, porque esto es un tema muy delicado, estamos hablando de contaminación que puede dañar la salud de las personas y de los animales que viven en el río”, indicó.
Nazario recordó que desde Paraguay y Argentina se recomendó no utilizar el agua del Pilcomayo, sin embargo, en la parte de Bolivia el consumo y uso del agua, en la ganadería y la agricultura, se mantiene.
“Es difícil decirle a la gente que no use el agua, porque es escasa. Al final, nosotros somos los que sufrimos las consecuencias, los pueblos indígenas. Somos la billetera del país, pero seguimos padeciendo pobreza”, lamentó.
Fuente/elpais.bo
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