La suerte le sonríe a Nicolás Maduro o mejor dicho la convulsión política que sufre el mundo debido a la guerra en Ucrania.
Esta semana, Estados Unidos ha retomado el diálogo con el Gobierno de Venezuela, es el acercamiento más significativo de estos dos países en años. ¿La razón? el petróleo venezolano.
Washington ha cortado el suministro de petróleo ruso en su país -para castigar a Moscú por su ofensiva militar en Ucrania- y busca en Caracas una alternativa para abastecer su demanda.
Pero ¿está Venezuela en capacidad de reemplazar a Rusia en las importaciones de crudo para Estados Unidos? La analista política, Giovanna de Michele, responde:
“La producción venezolana, según la propia PDVSA, está más o menos en 850 000 barriles diarios en este momento. Rusia envía a Estados Unidos entre 700 y 750 000 barriles diarios. Es decir, prácticamente toda la producción de Venezuela tendría que ir a Estados Unidos. Eso no tiene ningún sentido porque Venezuela tiene compromisos con China. Además, Venezuela necesita parte de su producción para abastecer el mercado interno. Así que no hay ninguna posibilidad”, sentenció de Michele.
Venezuela está lejos de los más de tres millones de barriles diarios que extraía hace aproximadamente diez años. Rafael Ramírez, quien fue ministro de Petróleo de Venezuela durante el mandato del presidente Hugo Chávez, dice que la producción ha caído en un 84 % entre 2014 y 2022.Y asegura que PDVSA en realidad estaría extrayendo a duras penas entre 600 000 y 700 000 barriles diarios.
“El deterioro de la industria petrolera venezolana comenzó mucho antes de las sanciones estadounidenses contra PDVSA”, secunda de Michele.
Aún, si Estados Unidos levantara las sanciones a Venezuela, el país tampoco cuenta con la infraestructura necesaria para aumentar su bombeo este año o siquiera refinarlo. Porque Venezuela contará con las mayores reservas de petróleo del mundo, pero es un crudo extrapesado que no puede ser comercializado naturalmente.
Por otro lado, El Gobierno de Maduro tendrá que decidir rápidamente si acepta hacer negocios con la Adminsitración de Joe Biden, porque un día Rusia es un país amigo y el otro un feroz competidor.
“Maduro debe entender que cuando Rusia sale sancionada, su petróleo, que es mucho y muy bueno, se va a orientar ahora al mismo mercado a donde maduro manda sus 500 de los 750 000 barriles diarios, ¿qué quiere decir? Que Putin puede ser muy amigo de Maduro, pero hoy va a ser su competidor más agresivo en el mismo mercado que no creció en demanda, pero que sí creció dramáticamente en oferta”, advierte el economista, Luis Vicente León.
Maduro ha expresado su “fuerte apoyo” a Putin y ha tachado de “crimen” y “locura” las sanciones de Occidente contra Moscú, que no ha dado señales de degradar la relación con Caracas. Una muestra: la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez se reunió este jueves en Turquía con el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov.
Puede que el panorama internacional haya cambiado radicalmente pero la crisis económica y humanitaria de Venezuela persiste, esto mantiene la imprevisibilidad sobre el terreno y la inversión extranjera al margen.
“No hay capital financiero internacional que pueda venir, y quiera venir a Venezuela si Venezuela sigue presentando la imagen de un país inestable políticamente, inestabilidad económica por otro lado, inestabilidad social”, asegura Rafael Quiróz, economista especializado en el sector petrolero.
Como en toda normalización de relaciones, las exigencias llegan de ambos lados. Maduro pide el fin de las sanciones y ser reconocido como presidente legítimo de Venezuela. Biden, que se refiere al delfín chavista de dictador, seguirá presionando por garantías democráticas y el regreso de las negociaciones con la oposición.
Fuente/Euronews
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