martes, 26 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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Un año presa: Añez fue abandonada por séquito político que la encumbró

Su hermano dice que en 2019 muchos se le apegaron y “hoy no aparecen”. Analistas ven que la transición goza de legitimidad en la comunidad internacional, pero que en el país se impone el relato del “golpe”.

Tras asumir la Presidencia, Jeanine Añez cruzó de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) al Palacio Quemado con un séquito.  En las gradas del hall, hacia el primer piso, los fotoperiodistas tomaron las imágenes que dieron la vuelta a toda Bolivia, aquel 12 de noviembre de 2019. En las fotos se la ve rodeada por sus dos hijos y legisladores, la mayoría de Demócratas, su entonces partido.

En otra imagen, en el balcón del palacio, Añez aparece  junto a cívicos y otros dirigentes opositores. Hoy, tras un año de estar presa, de aquellas estampas a su lado sólo queda su círculo más íntimo: sus dos hijos.

Algo similar ocurrió con respecto a la comunidad internacional, que en su momento la reconoció, propició la pacificación y avaló la prórroga de mandato.  

“Mucha gente se le apegó, se le insinuó seguramente, para ser designada con alguna responsabilidad estatal, pero que después no aparecen. Se beneficiaron del cargo y desaparecieron en el tiempo”, expresó a Página Siete Arnaldo Añez, hermano de la exmandataria.

El familiar agrega: “Condeno las acciones de aquellos políticos que usufructuaron del poder momentáneo y transitorio de Jeanine para ocupar un cargo político, que de repente le correspondía por su sapiencia personal, pero después ha sido devuelto con egoísmo, con hipocresía, con falta de valor”.

El 13 de marzo de 2021, Añez fue apresada en Trinidad (Beni), luego fue trasladada a La Paz, donde guarda detención preventiva. Es procesada, por la vía ordinaria, por el caso “golpe”.

De la ALP al Palacio

La noche del 12 de noviembre de 2019, Añez asumió la Presidencia después de que Evo Morales renunciara y saliera del país, y dimitieran, además, las autoridades del MAS, que eran parte de la cadena de sucesión.

María Calcina, entonces diputada por Unidad Nacional (UN), comentó a este rotativo que tras la proclamación los legisladores que estaban en la ALP fueron invitados a acompañar la columna que, liderada por Añez, se dirigiría al Palacio de Gobierno.

Cuando cruzaron la plaza Murillo, Calcina notó que en el lugar se había concentrado una gran cantidad de personas, pero no alcanzó a escuchar lo que en el trayecto le decían a Añez, porque quienes estaban a su alrededor eran, entre otros, senadores de Demócratas, además de Arturo Murillo, quien había llegado a la Cámara Alta con UN, pero que terminó  con esa fuerza.

“Al lado de ella estaban los senadores de entonces. Estaba, Óscar Ortiz, estaba Arturo Murillo, había varios senadores en ese momento, que después ya los hemos visto como ministros, como miembros del gabinete de la señora Añez”, comentó.

A fines de febrero, Rubén Costas, líder de Demócratas, en un contacto con la prensa, consultado si había la posibilidad de que visite a Añez en la cárcel, respondió: “No hay esa posibilidad, porque nosotros estamos con un sinnúmero de trabajo acá y (en) permanentes juicios”.

El secretario ejecutivo de UN, Roberto Moscoso, dijo a este medio que UN no tuvo participación alguna en es gobierno. “No pusimos ni un portero. Su gestión fue principalmente de los senadores de Demócratas”.

Fernando Camacho, que en 2019 era presidente del Comité Pro Santa Cruz y uno de los líderes de la movilización, postea de vez en cuando  en sus redes algunos mensajes sobre Añez, lo que llama la atención dado que el primer gabinete de la exmandataria contó con figuras cercanas a su persona, como Fernando López (Defensa) o Jerjes Justiniano (Presidencia).

Tras que Añez asumió, países como EEUU, Reino Unido y Brasil, entre otros, la reconocieron, mientras que el secretario general de NNUU, Antonio Guterres, envió a  Jean Arnault, quien arribó cuatro días después de la asunción y se plegó a las iniciativas de diálogo que promovían la Iglesia y la Unión Europea.

Cuando el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) avaló la ampliación de mandato, Arnault se pronunció: “El Enviado Personal del Secretario General aplaude el fallo emitido hoy por el TCP respecto a la prórroga del mandato de los Órganos Ejecutivo y Legislativo y de las autoridades subnacionales”.

Sin embargo, la excanciller Karen Longaric hizo notar que hoy la ONU calla ante la sindicación contra Añez por el caso de supuesto golpe. “No entiendo por qué el silencio particularmente de las Naciones Unidas, particularmente del señor Guterres, y de sus altos comisionados y representantes; por qué el silencio ante esta apócrifa acusación de golpe de Estado que se hace contra la expresidenta Añez y algunos de sus colaboradores”, indicó Longaric en una entrevista reciente con este medio. 

El analista político Gregorio Lanza considera que la política es dura, y no responde a amistades ni lealtades, mucho más hoy en día cuando no hay valores, sino más bien intereses. En ese contexto, indicó que quienes en su momento acompañaron a Añez, hoy están “totalmente alejados y dándole la espalda”.

“Aquellos que de alguna otra manera medraron durante su gobierno y que la acompañaban y hacían la comparsa alrededor de la señora, han desaparecido”,  manifestó. 

Romano Paz, analista político, considera que el gobierno de transición sí goza de legitimidad de la comunidad internacional, pero que a nivel interno se está imponiendo la retórica del golpe. 

“La transición goza de legitimidad por parte de la comunidad internacional; lo que sucede es que a nivel de derecho interno hay una suerte de vendetta por parte de MAS y en este caso se está imponiendo el relato del bando vencedor, que viene a ser el denominado ‘golpe de Estado’. Es lamentable esa posición  que asume el MAS, no de tregua ni de pacificación, sino de confrontación”, sostuvo.

Lanza reflexiona en torno tres puntos:  1) Añez asumió en una sucesión compleja, de la cual se puede hablar de una sucesión constitucional forzada por las circunstancias, con un mandato  que no cumplió: realizar elecciones, lo que implica una vulneración relacionada con la ética y  merece un juicio político; 2)  También podría ser juzgada como expresidenta, pero  en libertad,  por el uso excesivo  de la fuerza en su gobierno. No obstante, el Ejecutivo se dedicó a una cacería de brujas y en ese contexto es una víctima de una visión patriarcal, machista, y que en el fondo denota una venganza; y 3) En un año presa, Añez pasó de estar avasallada en su libertad (tuvo el valor de quedarse en el país), a tener una actitud más sólida, en una fase en la que empieza a defender sus derechos y a asumir otro perfil.

Fuente/Pagina Siete

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