Evidentemente, aunque el presidente Arce intente victimizarse argumentando que el Censo “se utilizó como un instrumento de desestabilización del Gobierno, y que también busca derrocarlo”, tiene parte de razón; el proceso censal servirá, para enrumbar el proceso democrático del Estado; no se trata de tumbarlo a él, sino de derrocar el relato de lo “bien que está el país” en esa inventada y remanida (trillada) frase: “salimos para adelante”, cuando la realidad nos dice que no sabemos dónde es adelante ni atrás en este país. El Censo pondrá en evidencia que se nos miente; por tanto, con el mismo, se va a desestabilizar datos mentirosos de este y el anterior gobierno (que son lo mismo con distintos estilos) que manejan números falseados y dibujados a capricho en cuanto a población, vivienda, salud, educación, formación, oferta de oportunidades, movilidad social y un largo etcétera.
Disfrazado con la “camijeta mojeña”, el presidente fue la expresión de la impostura porque él no tiene nada que ver con ese atuendo y, además, en ese acto no se necesitaban disfraces sino sinceridad y certidumbre, pero quejarse de que el proceso fue politizado por opositores es un insulto a la inteligencia de los bolivianos cuando desde hace como 5 meses la UGRM viene exigiendo sentarse con el INE (que no se sabe con certeza qué es lo que hace, quién lo dirige y cuál es su trabajo) para debatir técnicamente la metodología y planificar la ruta crítica del mismo, pero no, los funcionarios gastaron el tiempo (no lo perdieron, porque recibían viáticos, pagos de pasajes y alojamientos) visitando capitales de departamento mostrando “Power Points” que no decían nada.
Un momento para esto, antes de seguir: Santa Cruz es el punto en la mira de Arce que, no nos conoce, pero sabe que el modelo capitalista y liberal, con un profundo sentido social; si algún lugar de este pobre país tiene y practica solidaridad con los pobres es Santa Cruz, por la vía de los voluntariados y los esfuerzos de las teletones y las latitas en las calles, las complicadas operaciones que salvan vidas, pagadas por esos voluntariados. Acá da resultado el modelo, mientras él, primero como ministro y ahora como presidente, ha negado sistemáticamente el 10% para salud, y la libre exportación de lo producido en esta tierra, desincentivando siembras de maíz (que llegó a exportarse) y otros productos por las limitaciones permanentes, digamos trabas que se impusieron y la desleal competencia de EMAPA que, con plata del Estado que debiera ser destinada a atender aquello en lo que no se invierte y dejar que los productores produzcan tanto como para exportar, cuanto para abaratar los precios, por factor oferta.
A los cruceños no nos interesa si el presidente no nos quiere; ese es asunto de él, pero el problema es que ese hecho genera una situación que daña al departamento; no la falta de aprecio porque no es algo que haga llorar a nadie, si no las acciones concomitantes, como la suspensión de exportaciones, soya, azúcar, carnes y otros. También los cortes de gas en el Parque Industrial, el cerco a la salida de productos al resto del país (respuesta ética, según el ministro Montenegro) que termina dañando al país que consume y se abastece de nuestras producciones; daña también la inacción o eso de mirar para otro lado cuando se dan las instrucciones de toma de predios agrícolas privados o, el boicot al suministro de combustible a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y sus provincias.
Ya que apareció a hablar burreras, y no recuerden, les aviso que el Ministro Montenegro, que no sabe que el PIB no es igual a ventas ni a producción (ver José Gabriel Espinoza: “Un ministro de economía que no le entiende a la economía”) trabajó casi 6 meses en el Gobierno de Jeanine Añez, como Presidente del BDP, hasta marzo y hasta primeros días de mayo en otra dependencia del Banco (busquen en declaraciones de Contraloría).
Cuando amenazan, “nacionalizar las empresas privadas locales” y las cooperativas, que son empresas nacionales, de cruceños y bolivianos, demuestran ignorancia supina sobre sus propias amenazas, salvo que el hecho de ser cruceñas las haga considerarlas extranjeras (¿a eso apuntarán? Recordemos eso de los años 50, gobierno emenerrista, la oferta de 50.000 pasaportes para que los cruceños se vayan de Bolivia… y podemos seguir pero no es necesario, como todas esas acciones han generado un problema serio porque se murieron más de 1 millón de pollos bebé (ya hay preocupación de Eva Copa de que no va a haber pollo en 45 o 50 días y si lo hay, será caro, justo para navidad; ya sabe a quién reclamar), porque va a faltar leche, en fin… el tema es que a lo mejor dejemos de comer por un par de semanas 3 veces al día, pero allá donde se abastecen de este departamento, estará el problema grave, de manera que, el “encamijetau” deberá arreglar las barbaridades de los Huancas (sin bicicleta), de los Montenegro y otros de la misma laya; ellos son los culpables de esto.
Cusicanqui deberá dar explicación algún día del atraso y falta de transparencia del INE, aunque él sea ministro; ya sabemos que el Censo estaba encaminado el 2022, que se pensó en el 2023 y que se eligió el 2024 porque Arce decidió ser candidato y quería contar con el sistema de representación rural que le daba diputados con pocos electores, porque así lo armó el equipo de Evo Morales para asegurar mayoría parlamentaria. Imagínense! Mayoría de diputados uninominales rurales en un país con el 75% de su población viviendo en áreas urbanas. Ese es un fraude y manipulación de datos muy claro a la vista, porque implica ventaja a un determinado partido, al “caballo del corregidor”, como se decía en los tiempos del MNR; la verdad es que esto se parece cada vez más al doble sexenio.. pero peor, de lejos.
Vuelvo: Aunque lo de arriba es importante señalarlo porque es parte del todo, el tema es el Censo, y el mismo se puede y debe hacer el 2023, no porque el Cabildo lo ordene como argumenta con mucha pasión y poca reflexión y reconocimiento al trabajo de los especialistas locales el Gobernador Camacho, quien no parece entender que lo que manda en una mesa técnica son los números, las metodologías, son las técnicas aplicables, son las modelaciones de procesos, los escenarios imaginados que se aplican a los hechos; eso es lo que necesitamos debatir y lo que los delegados de Santa Cruz, del municipio de La Paz y Tarija tienen para darle al país; lo que nos jugamos es muy importante y puede y debe ser sustentado técnicamente y hay gente capacitada, claro, hay que tener cuidado con la trampa del “los INE´s” que aparezcan, recomiendo cuidado con el rol del Sr Allende, observador de NNUU, que enviaron como especialista imparcial pero lleva mucho tiempo de ladero de ministros y funcionarios gubernamentales, esos que defienden el 2024 sin un solo argumento, salvo los caprichos del pequeño ministro Cusicanqui que hasta la fecha ha atinado a decir algo que justifique qué hace en ese lugar.
Las cartas están echadas; se dice que la mayoría del alcaldes y Rectores se inclinan por el 2023, pero será, como debe ser, el debate el que nos ponga en el camino de ese 2023 que abrirá la puerta de esperanza a un nuevo país, dejando a disposición de departamentos, universidades y municipios, es decir de la gente, las posibilidades de hacer lo que hasta ahora nos es negado, porque Arce y sus amigos no quieren perder sus “ventajas” políticas. No oigan sus ofertas de repartir una plata en función de los resultados porque ese no es regalo de nadie sino un hecho automático, establecido en la Ley, de manera que está programado que suceda.
Aviso que ya nomás, después del censo, más o menos por mayo o junio del 2024 habrá que reunirse para sentar las bases, sin números marcados y sin resultados en la mano, el Pacto Fiscal, eso sí que va a ser técnico 100%;. Les recuerdo que muchos, tal vez la mayoría, queremos el 50% de los impuestos coparticipables, generados en cada región, así se tienen todas las posibilidades de comenzar el año del bicentenario con “otro país”… a pesar de los que nos mal gobiernan.
El que avisa no traiciona; el censo 2023 va a derrocar la impostura y la falsificación de datos, ese es un hecho.
Carlos Federico Valverde Bravo
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