Moisés Humberto Rivera Luna fue una figura clave en la expansión criminal de la MS13 en El Salvador y Estados Unidos. Washington reclama su extradición tra su arresto en Guatemala
Contar la vida de Moisés Humberto Rivera Luna, alias “Viejo Santos”, es narrar una de las partes más importantes en la historia de la Mara Salvatrucha, también conocida comko MS13, la pandilla centroamericana que se formó en las calles de Estados Unidos y, en las últimas cuatro décadas, se convirtió en una de las organizaciones criminales más importantes del continente. Es narrar la historia de la expansión de la pandilla y de cómo acumuló el poder político que ahora tiene en El Salvador.
La de Viejo Santos es una historia que cabalga entre los barrios y las cárceles de El Salvador y Maryland, el estado vecino de Washington, DC. Es una marcada por la sangre, los asesinatos por encargo, los planes para expandir la influencia de la pandilla en el norte. Y, en sus últimos capítulos, una historia en la que la complicidad de dos gobiernos salvadoreños, incluido el de Nayib Bukele, no son asuntos menores.
Desde 2003, la MS13 ordenó desde El Salvador a sus clicas (subgrupos dentro de la mara) de Estados Unidos “correr los programas, lo que significó que la cultura de violencia, la organización, estructura e identificación criminal y social construida alrededor de la rivalidad con la pandilla Barrio 18, la otra pandilla nacida en Estados Unidos, culminaba su proceso de exportación a Centroamérica. La sofisticación comenzaba”, dice un estudio académico encargado por el gobierno de los Estados Unidos en 2012, del que Infobae tiene copia.
Las clicas, que son las unidades básicas en las que se organiza la MS13, pueden ser de un puñado o decenas de miembros y siempre asumen una identidad particular en torno a elementos como la calle o barrio de los Estados Unidos o El Salvador en los que nacieron. Las clicas más antiguas e influyentes en la pandilla son las que surgieron en sitios de California, cuna de la organización, como la Normandie, la Hollywood o la Park View.
Viejo Santos ha sido, desde al menos 2010 hasta ahora, uno de los jefes más importantes de la Normandie Locos Salvatruchos (NLS), una de aquellas clicas fundacionales. Su hoja de vida, según decenas de documentos judiciales consultados por Infobae, incluye haber tenido un rol central en los intentos de expansión de la MS13 en Estados Unidos, servir de nexo entre la NLS y los reclutas de la MS13 en el norte, formar parte del directorio nacional de la pandilla al menos desde la década pasada y haber sido parte del liderazgo que pactó una tregua con el gobierno del expresidente salvadoreño Mauricio Funes (2009-2014) en 2012 y con el de Nayib Bukele en años más recientes.
El prontuario delictivo de Rivera Luna inició a finales de los años 80 en varios lugares de Estados Unidos. Fue en el condado de Montgomery, en Maryland, donde Viejo Santos se asentó por un tiempo en plena expansión de la MS13 en los suburbios latinos de Washington, DC. El 27 de abril de 1990 robó un auto, el 29 de mayo participó en un robo a mano armada y el 31 de octubre en una venta de drogas, según documentos judiciales estadounidenses. Y llevó hasta Langley Park y Montgomery Village, dos barrios aledaños a la capital, las siglas de la Normandie Locos Salvatruchos, una de las tres clicas fundacionales que se instalaron en Maryland; las otras dos son la Hollywood Locos y la Western Locos.
A mediados de los 90, cuando el gobierno de Bill Clinton consolidó su política de deportaciones masivas de migrantes latinos, Rivera Luna, entonces veinteañero, fue deportado a El Salvador junto a decenas de jóvenes que ya eran miembros de la MS13. De regreso en su país natal, Viejo Santos se dedicó a consolidar el crecimiento de la NLS. No duró mucho en libertad.
En 1999, Viejo Santos fue condenado a 25 años de prisión por asesinato. Fue ahí, en las cárceles salvadoreñas, donde el jefe pandillero empezó su ascenso en la jerarquía de la MS13. Salió de prisión en septiembre de 2021, durante el gobierno de Nayib Bukele, en silencio y en medio de un pacto de gobernabilidad entre el actual presidente salvadoreño y el liderazgo de la MS13. Huyó a Guatemala, donde fue detenido en abril de este año en Mixco, un suburbio de la capital guatemalteca, por un delito menor.
El gobierno de Bukele dejó huir a Rivera Luna a pesar de que, desde 2013, el Viejo Santos es uno de varios líderes de la MS13 incluidos como objetivos estadounidenses en una lista elaborada por el Departamento del Tesoro. A pesar de que la justicia estadounidense aún lo busca por varios crímenes.
Mal asunto para Viejo Santos que lo hayan detenido en Guatemala. En El Salvador, él y otros de sus colegas líderes pandilleros lograron huir de la extradición gracias a la complicidad con el gobierno Bukele. A él lo dejaron salir en silencio. A Élmer Rivera Canales, alias “Crook”, un funcionario de Bukele lo sacó de la cárcel y luego lo llevó hasta Guatemala. A Eliú Melgar Díaz, alias Blue, la Corte Suprema de Justicia, dominada por Bukele, lo ha blindado de la extradición.
El 28 de julio de 2022, el gobierno de Estados Unidos hizo llegar a su similar guatemalteco una petición formal de extradición de Moisés Humberto Rivera Luna. En los próximos días, la justicia de Guatemala tiene que decidir al respecto.
Asesinatos en Maryland y treguas con el gobierno salvadoreño
A Viejo Santos, el gobierno de El Salvador lo había recluido en el Penal de Chalatenango, en el norte del país, en 2010. Para entonces ya la MS13 había consolidado la estructura de su liderazgo. Al tope había una especie de mesa directiva nacional, conocida como la ranfla, que tomaba todas las decisiones criminales estratégicas. Debajo de la ranfla, los palabreros, como se conoce en la jerga pandillera a los jefes, y los corredores de programa, las unidades organizacionales que reunían a varias clicas.
Rivera Luna estaba en el segundo grupo: era, entonces, el jefe máximo de la Normandie Locos, una de las clicas más grandes y, por serlo, reconvertida en programa de la MS13.
Desde Chalatenango, Viejo Santos cumplía una de las misiones más importantes encargadas a los jefes de las clicas y programas más grandes, la expansión de las pandillas. La transcripción de una conferencia telefónica hecha por Rivera Luna desde la cárcel, anexa a un expediente judicial en Estados Unidos y de la que Infobae tiene copia, da cuenta de las instrucciones que el palabrero enviaba a sus subalternos en Estados Unidos.
“Después del primero de marzo de 2010, Moisés Humberto Rivera Luna participó en una conferencia telefónica de tres personas, una de ellas ubicada en el área metropolitana de Washington y otra en otro estado. Durante la conversación, Rivera Luna comentó que más tarde ese mismo día participaría en una reunión telefónica con gente de Maryland, Nueva York y Los Ángeles… Les dijo que era importante que los miembros de la Normandie en Washington fueran a otras ciudades para asegurarse de que los miembros seguían la palabra, para mostrarles cómo se hacían las cosas, cómo se reclutaba nuevos miembros y para acompañarlos a defenderse de enemigos”, dice el documento judicial.
De lo que Viejo Santos estaba encargado era de asegurarse que los rangos en Estados Unidos cumplieran con las leyes de la pandilla y de empezar un sistema de recolección de extorsiones en Maryland, con el fin de que el dinero, al final, llegara a los líderes presos en El Salvador.
El 12 de noviembre de 2010, un gran jurado convocado en el Distrito de Columbia conoció una acusación contra 16 miembros de la MS13 por delitos de crimen organizado, entre ellos Rivera Luna y Tokiro Ramírez Rodas, otro líder de la pandilla, este capturado este año en Honduras en vías de extradición a Estados Unidos, precisamente por este caso de 2010.
La acusación estadounidense detalla que Rivera Luna se encargaba de dar la “luz verde”, que es como se conoce en la jerga pandillera a dar una orden para matar o el aval a un asesinato.
En marzo de 2010, Viejo Santos pidió a tres de sus subalternos en Maryland que vigilaran el comportamiento de Felipe Leonardo Enríquez, alias Zombie, quien se había tapado un tatuaje alusivo a la clica. Eso, les dijo Viejo Santos, “arruinó la imagen de la Normandie”. El último día de marzo, dos de los pandilleros llamaron a Rivera Luna para comunicarle que Zombie había sido asesinado por sus faltas.
Parte de las pruebas presentadas en el caso de 2010 son recibos de transferencias monetarias electrónicas por cantidades bajas -entre USD50 y USD100- que pandilleros en Maryland hacían llegar a Viejo Santos a través de cómplices de la MS13 en El Salvador, quienes recibían los envíos e iban a dejar el dinero hasta la cárcel.
Para 2012, Viejo Santos había subido de rango y era ya parte de la ranfla nacional. Aquel fue un año importante: el gobierno del presidente Mauricio Funes pactó una tregua con la MS13 y el Barrio 18, que consistía en dar beneficios económicos y territoriales a las pandillas a cambio de apoyos electorales y de que redujeran los homicidios en el país, según investigaciones de la fiscalía salvadoreña.
La tregua fue acompañada de un importante esfuerzo de relaciones públicas encabezadas por mediadores e incluso funcionarios de la Organización de Estados Americanos (OEA), valedores del pacto, y que incluyó giras de periodistas salvadoreños e internacionales a las cárceles para visitar a los miembros de la ranfla. Ahí estaba Viejo Santos, discreto y en segunda línea, detrás de otros líderes más visibles como “Crook”, el pandillero al que luego el gobierno de Bukele sacó de una cárcel de forma subrepticia.
Cuando, alrededor de 2015, Bukele empezó a confeccionar su pacto con la MS13 desde la alcaldía de San Salvador, siendo jefe municipal, Viejo Santos seguía siendo miembro de la ranfla. Y lo era en 2019, cuando el pacto de Bukele se consolidó desde la presidencia del país.
El pacto de Bukele se resquebrajó en marzo de este año, luego de que la MS13 asesinara a 87 personas en 72 horas para mostrar su desacuerdo con algunas decisiones del gobierno. A partir de entonces, el gobierno de El Salvador decretó un régimen temporal de excepción que dura ya cuatro meses, durante los cuales al menos 58 personas han muerto bajo custodia del Estado. De las represalias, sin embargo, se libraron los palabreros más importantes de la MS13, como Moisés Humberto Rivera Luna, el Viejo Santos.
Fuente/infobae.com
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