martes, 26 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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“No sabía que tenía pareja”: ¿Por qué los hijos ocultan a sus padres sus noviazgos?

Temen ser regañados y cuestionados. En algunos casos los noviazgos son tóxicos, donde los jóvenes o adolescentes viven violencia. Acá algunos consejos para abordar este problema

Tenía un noviazgo a ocultas de sus padres porque temía un regaño, ya que ellos eran algo conservadores, estrictos y buscaban que se enfoque en la universidad. Por su poca experiencia y falta de buenos consejos, Alejandra llevó adelante una relación tóxica, llena de violencia, que terminó en su feminicidio, comentó Zulma Bonifacio, quien atendió el caso en Mujeres de Fuego. El caso de Carla Sepúlveda también consternó a la población, porque desapareció tras salir de su vivienda rumbo a su universidad. Sus padres la buscaron con desesperación hasta que su expareja se presentó a la Policía para confesar que quitó la vida de la persona a quien decía amar.

La joven de 21 años fue hallada sin vida en un barranco de la zona Vino Tinto, su expareja Víctor Zabala confesó el feminicidio. Planificó el crimen al enterarse de que ella había empezado una nueva relación. La madre de Carla no estaba enterada de que su hija tenía encuentros con Víctor, a quien conoció como un compañero de colegio de su tesoro.

Al igual que estos casos, hay muchos similares, en los que las jóvenes no cuentan de sus noviazgos a su familia y no presentan a la persona con la que salen por el compromiso que implica, porque hasta ahora hay padres de familia que dicen que sus hijas llevarán a casa al hombre con el que formarán su familia. La realidad de hoy es diferente porque las jóvenes saben que un enamoramiento no siempre llevará al altar, que el noviazgo puede terminar, explicó Bonifacio.

Y por el temor a ser juzgadas por sus familiares deciden no llevar a sus parejas a sus hogares, cuando en realidad, los jefes de hogar tienen el reto de canalizar estas circunstancias para que su hijo tenga la confianza necesaria de tratar estos temas con ellos, afirma la coordinadora de proyectos de la Fundación Sama, Patricia Umbarila.

Los psicólogos y especialistas consultados por El Compadre dan a conocer una serie de recomendaciones a los padres para que comprendan a sus hijos y les ayuden a evitar un noviazgo tóxico.

¿Qué hacer para que mi hogar sea un refugio para mis hijos?

Cuando los niños, niñas, adolescentes o jóvenes no encuentran o no ven a su familia como un refugio, siempre buscarán éste en otro sitio que puede llegar a ser un peligro o se contactarán con otras personas.

Los padres deben trabajar para que sus hijos no tengan la necesidad de ir afuera a buscar lo que tienen en su hogar. El desafío es construir relaciones de confianza, relaciones saludables al interior de la familia, que el hijo se sienta en la tranquilidad de poder conversar de cualquier tema con ellos, que se sienta muy reconocido y no juzgado, recomienda Umbarila.

¿Cómo lograr la confianza de un hijo?

Umbarila aconseja a los padres a estar cerca de sus hijos, pasar tiempo con él o ella. Al preocuparse de ellos les hacen sentir que su familiar está cerca y eso le va a permitir construir una relación de confianza.

Se recomienda trabajar esta relación con sus hijos desde tempranas edades, ya que las relaciones son un proceso que no se construye de la noche a la mañana; por el contrario, es alimentado por muchas cosas que permitan que realmente sea una relación sólida.

Por su parte, el psicólogo clínico Alejandro Pérez recomienda que los padres no deben olvidar el lado emocional de sus hijos y que deben empatizar con ellos. Así su problema sea pequeño, si reciben apoyo de sus padres, ellos sabrán que son importantes y que pueden contar con ellos.

“A veces nos olvidamos del lado emocional, el cómo te sientes realmente. Es importante enfocarnos en las emociones, a veces los vemos tristes y pensamos que es algo sin sentido y lo vemos como algo menor y sin importancia, pero para las personas algo tan pequeño puede significar el mundo”, explica Pérez.

Preguntas simples para tu hijo

¿Qué hiciste hoy?, ¿dónde estuviste?, ¿cómo te fue?, ¿cómo te sentiste hoy en el colegio?, ¿qué pasó?, ¿qué tal tus amigos? Con esas preguntas los padres de familia demostrarán que están interesados en la vida de sus hijos y paso a paso se logrará que la confianza fluya y permita que el hijo se dé a conocer más, explica la especialista. “Si no hay un espacio, en el que se suele pasar tiempo; dialogar, hablar, entonces no se logrará construir la confianza”, añade.

Cuando los padres e hijos no construyen un ambiente de confianza, los jóvenes generalmente no comentan sus problemas, ocultan alguna situación con su pareja o incluso que tienen pareja porque cada miembro de la familia construye su vida de una manera alejada e indiferente, explicó Pérez.

Ahora bien, cuando los problemas son muy evidentes los padres se enteran de lo que pasaba con su hijo. ‘¿Cómo que tienes pareja?, nunca sabía, no me habías dicho, yo no sabía que pasaba esto’.

“Nos sorprendemos cuando eso pasa, pero qué ha pasado antes, no habíamos estado cerca de nuestros hijos, no habíamos construido una relación de confianza, realmente no nos interesamos por lo que él hacía o no teníamos el tiempo por muchas cosas, pero es necesario construir esos espacios para fortalecer las relaciones”, sostiene Umbarila.

Los padres deben dejar los tabús

Bonifacio recuerda casos donde los hijos no tienen confianza con los padres debido a los tabús y al temor del prejuicio de la gente. ‘Me van a regañar o me van a juzgar’. “El asunto de enamorar no tiene que ser un tabú, los padres tienen que aprender a hablar con sus hijos a romper el silencio. Al no comentar nada sobre sus afectaciones, ahí se ve que la familia se encuentra completamente desintegrada”, añadió.

Por su parte, Pérez sugiere a los padres no dar órdenes a sus hijos sobre sus noviazgos. Por ejemplo, prohibir una relación simplemente porque no les gusta, no es adecuado. Si  los padres no están de acuerdo, tienen que argumentarlo, “ahí se genera un vínculo de confianza”.

Caen en relaciones tóxicas

Al no ser aceptados dentro del círculo familiar ni ante las amistades, las jóvenes llegan a escapar y conocen a una pareja tóxica a la que aguantan porque les dio un poco de esa aceptación que buscaban.

“En el colectivo constantemente nos llaman y nos informan de personas que han desaparecido, dos o tres días, que se van con sus enamorados y ahí es donde los padres recién se enteran de que sus hijos estaban saliendo incluso con personas mayores que ellos”, explicó Bonifacio.

Umbarila recomienda a los padres observar a sus hijos tras haber aprobado un noviazgo y si en este ocurren actos de violencia. Los jóvenes pueden presentar signos de estrés, alejamiento de sus actividades, ansiedad y otros, que pueden ser una señal de que llevan una relación tóxica.

Desde Mujeres de Fuego comentan que atendieron un caso donde los padres aprobaron una relación amorosa de su hija, pero no se percataron de que el hombre la insultaba por celos y que eso dio lugar a situaciones de violencia.

Las jóvenes sienten vergüenza con sus padres comentarles que son maltratadas por su pareja. El temor a ser juzgadas por lo que pasa dentro de su relación, indica Bonifacio.

Los padres de familia tienen que inculcar a sus hijos el amor propio para que no sean manipuladas. Enseñarles a quererse, aceptarse;  de esa manera podrán amar a otra persona y evitarán caer en chantajes de un posible agresor.

Inteligencia emocional en el hogar

La inteligencia emocional se refiere a la habilidad de entender, usar y administrar las emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar conflictos.

Esto permite forjar relaciones sanas y equilibradas dentro del núcleo familiar, en la escuela y en el trabajo. También es la herramienta básica para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para aproximarnos sin juicio a nuestras propias cualidades y áreas de oportunidad con un propósito de mejora.

“Es algo que no nos enseñan ni en el colegio, ni en ninguna parte. Es una manera adecuada para gestionar nuestras emociones, sobre todo en situaciones difíciles, que en realidad es lo que nos cuesta mucho”, añadió Umbrilia.

Todo adulto que conviva con un niño, se convierte en su principal referente. De ellos, aprenden absolutamente todo para bien o para mal, desde cómo trabajar las emociones hasta la manera en la que resuelven sus conflictos. Es por ello que se hace tanto hincapié en cuidar la actuación frente a los pequeños.

Y es que la inteligencia emocional familiar tiene tanto peso, que se hace indispensable para que los individuos que crecen en ella puedan generar relaciones interpersonales positivas, ya que desde la más tierna infancia les enseña a desarrollar sus afectos, y conocerse a sí mismos.

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