En los últimos meses se ha registrado en Bolivia una serie de personas acribilladas, en su mayoría, por ajuste de cuentas relacionadas con el narcotráfico. Un común denominador es que al menos ocho víctimas estuvieron relacionadas con el Primer Comando de la Capital (PCC). Se trata de una de las principales organizaciones criminales de Brasil que se dedica al tráfico de drogas y armas.
En marzo, se conoció que uno de los líderes de PCC, Marco Roberto de Almeida, alias Tuta, ingresó a Bolivia para operar, pero había sido secuestrado. Sin embargo, el Gobierno a través del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, descartó esa información. Pese a ello, cada día se suman los casos de sicariato en Bolivia, sobre todo en el oriente.
Expertos aseguran que esta situación de inseguridad ha rebasado a la Policía. Para el abogado y analista en seguridad y defensa Jorge Santisteban, el crimen organizado se extiende a los cuatro puntos cardinales del país.
El especialista indicó que la producción y comercialización de sustancias controladas ha penetrado y corrompido a la sociedad. Escenas que observamos en las películas hoy se pueden palpar en la realidad, como las 22 personas víctimas de sicariatos. También hizo mención a los cárteles de droga que operan en Bolivia y que estos ilícitos deben ser la principal agenda nacional del Gobierno.
“Ya no hay duda de que los cárteles operan en nuestro país y cuáles son sus características. El cártel mexicano, por ejemplo, se dedica a comprar a los Gobiernos para hacer sus actividades con mayor libertad. El cártel brasileño —encabezado por el PCC— apunta prácticamente a monopolizar el comercio de la droga en la región y en el país. El cártel colombiano entra a la narcopolítica con vínculos de autoridades importantes para el tráfico de droga”, dijo Santisteban.
Mencionó que ningún caso de narcotráfico se investigó y la Policía no logró capturar a un “pez gordo”. Agrega que las personas consideradas “soplonas” aparecen muertas de la manera más violenta y que a ello se deben los asesinatos en Santa Cruz y en el trópico de Cochabamba.
En tanto, el exfiscal de sustancias controladas Joadel Bravo Becerra señaló que Bolivia está inmersa en el narcotráfico, donde el sicariato está rebasando al Gobierno.
“Hay una rearticulación de los miembros del PCC en Bolivia, y en Santa Cruz se registran alrededor de 30 sicariatos al año, sólo en la ciudad. Somos un país productor de droga”, dijo Bravo.
Para el especialista, esta organización criminal acribilla para asegurarse de que sus víctimas mueran.
Asimismo, señalaron que se debería implementar un equipo de contrainteligencia especializado para investigar a los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
Antecedentes
El cártel del PCC es la organización criminal de más rápido crecimiento en el mundo y la dificultad de la Policía Federal en el vecino país y la ubicación geográfica central en Sudamérica han convertido a Bolivia en el santuario de narcosur.
Para lavar el dinero del narcotráfico invierten en joyas, clínicas médicas, restaurantes, fincas y caminan con seguridad con sus familias en la región de Santa Cruz de la Sierra, centro de poder del grupo y pasaje de la droga que, proveniente de Perú y Colombia, se une a la cocaína propiamente boliviana.
El PCC es la organización criminal más grande de Brasil.
Fuente/lostiempos.com
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