sábado, 5 octubre de 2024

El Tercer Ojo

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Narcosecuestros: Todo tiene un precio

El incremento de los casos de narcosecuestros en el país es el tema del reportaje especial de Red Uno.

El incremento de los casos de narcosecuestros en el país es el tema del reportaje especial de Red Uno. Se trata del tercer tipo de privación de libertad más común registrado en Bolivia.

Uno de los casos que conmocionó a la población fue el de Patricio Vásquez Ortiz, quien el 30 de septiembre de 2022, salió de su domicilio ubicado en la ciudad de Santa Cruz y no regresó. Horas después fue declarado como desaparecido. 

El 3 de octubre del mismo año, su esposa recibió una llamada telefónica en la que le exigían 200 mil dólares para entregarlo con vida, ya que Patricio había sido secuestrado. Un día después, la mujer nuevamente fue contactada por los secuestradores, que le hicieron una videollamada y le mostraron cómo le cortaban el dedo a su esposo. Los gritos de dolor eran ensordecedores.

Al ver esta escena y por las amenazas que recibía, la esposa decidió denunciar el secuestro ante la Policía. Los plagiadores le exigían el pago de una deuda vinculada al narcotráfico. Tres días después, se logró rescatar a Patricio Vásquez y se desarticuló a la organización criminal, que estaba compuesta por bolivianos y extranjeros.

Previamente, se conocían solo dos tipos de secuestros en Bolivia. El primero es el planificado; la organización criminal selecciona a su víctima y hace un estudio previo de sus movimientos, actividades y horarios tanto personales como familiares. Así, determinaban el lugar y tiempo para ejecutar el secuestro. El segundo es de blanco opcional, también llamado secuestro exprés. En los últimos años, se ha identificado una tercera modalidad, se trata del narcosecuestro.

“En el mundo criminal esta es la modalidad que ellos tienen, es su ley, es su procedimiento. Es el secuestro, la extorsión y el asesinato”, indicó el exfiscal Joadel Bravo.

Los narcosecuestros son violentos métodos de privación de libertad ejecutados por traficantes de droga en contra de otros que no cumplen con el pago de una transacción de mercancía, también secuestran a sus mismos operarios que desviaron la droga o dinero, piden a los familiares que consigan el pago para devolverlos con vida.

“Retienen a la persona hasta que un familiar salde la deuda que sostiene un narcotraficante con otro”, agregó Bravo.

El año pasado, se registraron 16 narcosecuestros en el país, 13 fueron en el Trópico de Cochabamba y tres en Santa Cruz. Los secuestradores pedían montos altos de dinero para liberar con vida a las víctimas.

En ese entonces, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, atribuyó los narcosecuestros a mafias conformadas por bolivianos y extranjeros.

“El narcotráfico es el combustible de los demás delitos que puedan suscitarse en el país”, apuntó el exfiscal.

La mayoría de los casos se producen cuando la organización criminal es internacional, que exige el pago no cumplido por una transacción de droga. Le dan a la familia un tiempo determinado para entregar el dinero, de lo contrario, “eliminan” al secuestrado. La muerte salda a la deuda.

“En última instancia, cuando no se cubre el monto deseado, la obligación que tiene el familiar del secuestrado con el narcotraficante, este pasa a esta situación”, explicó Bravo.

En años anterior, se conocieron varios casos de personas ejecutadas mientras estaban en cautiverio. Presuntamente, porque los familiares no consiguieron el dinero.

En abril de este año, en el municipio de San Matías, Santa Cruz, dos hombres de 23 y 30 años de edad fueron secuestrados y ejecutados por ciudadanos extranjeros por desviar un cargamento de droga sin entregar el dinero a los narcos.

Otro caso que sorprendió al país es el de Hernán Siancas, de quien se conoció videos enviados desde el lugar de su cautiverio, atado a un árbol y encañonado con un arma de fuego. Sus captores exigían el pago de 1.100.000 dólares.

“Le debo plata a este señor. Hermana, este es el último video que hago. Por favor, vendan todas esas propiedades en Cochabamba. No mientan. Si mienten, me están llevando a la muerte. Ya no quiero más”, suplicaba el hombre.

Siancas, de 43 años, fue secuestrado el 8 de mayo de 2023, en el municipio de Yapacaní, Santa Cruz. 14 días después, el 21 de mayo, habría escapado de sus captores y logró pedir ayuda a funcionarios del Servicio Nacional de Caminos que tenían un campamento a 50 kilómetros de San Ignacio de Moxos, en Beni. Por este caso, dos personas están con detención preventiva. El secuestrado también fue enviado a prisión por tener cuentas pendientes con la justicia. 

Un caso reciente y que mantiene en vilo a Santa Cruz, es el de Marcos Ferreira Paz, un empresario de transporte de nacionalidad brasileña, que fue secuestrado por encapuchados el 28 de junio, en la zona norte de la ciudad. Fue subido a la fuerza a una camioneta negra y partieron con rumbo desconocido, todo quedó registrado en cámaras de vigilancia. Hasta el momento, no fue encontrado, ni liberado.

La Policía apunta que el móvil es una supuesta deuda de 400 mil dólares. Lo cual es negado por la defensa y su familia. Además, dos personas fueron enviadas a prisión por estar involucradas en el hecho.

Por otro lado, un alto porcentaje de estos delitos no son denunciados ante autoridades policiales. Los narcotraficantes solucionan su diferencia de manera interna y con mucha violencia.

Queda pendiente para la Policía Nacional buscar un mecanismo para evitar este tipo de crímenes y no permitir que el crimen organizado opere en el país.

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