Adriana (nombre cambiado) fue arrestada cerca de la tranca de Parotani, Cochabamba. Tenía 10 semanas de embarazo (dos meses y medio) y 90 cápsulas de cocaína en su estómago. Acababa de cumplir 18 años y ya estaba enfrentándose a un proceso por tráfico de drogas. Arriesgó no solo su libertad, sino su vida y la de su bebé.
La joven fue detenida junto a tres hombres la tarde del 19 de mayo de este 2022, mientras viajaban en un vehículo tipo surubí a Oruro. Los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) notaron actitudes sospechosas en ellos y los llevaron hasta el Hospital Viedma donde ingresaron a Rayos X. Descubrieron que dos de los arrestados, entre ellos la embarazada, llevaban cápsulas de cocaína en su sistema digestivo.
Los jóvenes, de 18 y 22 años, expulsaron las cápsulas de droga. Para la Fuerza Antidrogas el caso de la embarazada es uno “particular”. No es habitual que detengan mujeres en estado de gestación trasladando la sustancia ilícita en su organismo.
Adriana había aceptado alquilar su estómago por unas horas para sacar la cocaína encapsulada de Bolivia. Tenía que llegar a Oruro donde estaba esperándola otra persona que iba a embarcarla en un transporte que la lleve hasta Santiago de Chile. Le prometieron pagarle 1.300 dólares si llegaba a destino con la droga.
Este es apenas uno de los muchos casos que se reportan de personas llamadas “tragones” o “mulas” que arriesgan su libertad y su vida a cambio de dinero. Lo cierto es que ellos caen presos, pero no sus contratantes denominados “peces gordos”.
“MULAS”, LA CARA VISIBLE DEL NARCOTRÁFICO Transportar droga en el estómago de personas parece ser uno de los medios que los narcotraficantes han decidido usar con mayor frecuencia. Esta actividad ilícita bajo esta modalidad ha crecido en Cochabamba. Entre enero y julio de este año, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico ha capturado a 34 personas, 27 hombres y siete mujeres, que cayeron en las redes del narcotráfico y aceptaron llevar cocaína en su organismo, en cápsulas o en envoltorios de látex.
Según el informe de la FELCN Cochabamba, los “tragones” llevaban en total 2.681 cápsulas de cocaína y 78 en envoltorios de látex (preservativos), equivalentes a 28.779 gramos en estado sólido y 4.425 gramos en líquido.
31 de los 34 procesados fueron detenidos en inmediaciones de la tranca de Parotani, ruta al occidente del país. Sobre los otros tres; dos llegaron al Hospital Cochabamba y uno al Hospital México de Sacaba.
Las cifras de aprehendidos casi se han duplicado en relación a la gestión pasada. De enero a mediados de diciembre de 2021, la FELCN capturó a poco más de 30 personas que hacían de “mulas del narcotráfico”. Dos de ellos perdieron la vida.
Ambas muertes se reportaron en septiembre de 2021. Un joven, de 25 años, fue hallado sin vida en la avenida Barrientos. Personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba realizó el levantamiento legal del cadáver. Durante su autopsia se descubrió que tenía en su organismo 46 cápsulas, con un peso de 555 gramos de cocaína sólida.
La otra víctima mortal del narcotráfico fue una mujer. Ella fue encontrada muerta en una vivienda de la avenida Petrolera, a la altura del kilómetro 7. Tenía cinco envoltorios tipo látex con 223 gramos de cocaína en estado líquido.
“Intoxicación aguda por estupefacientes” es la causa de muerte, según la autopsia realizada en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).
Para la FELCN, el incremento de casos se debe a que se están realizando más operativos de interdicción al narcotráfico en carreteras, terminales y otros puntos estratégicos de la ciudad de Cochabamba.
LOS “PECES GORDOS” NO CAEN En este ilícito negocio solo son aprehendidos los que llevan la droga en su organismo y no así los que los contratan. Los “peces gordos” suelen aprovecharse de la gente que tiene necesidad económica, quienes reclutan a interesados y los envían con los estupefacientes en su interior a otras ciudades y/o países.
Los “tragones” capturados no revelan la identidad de sus contratantes. Un “pacto de silencio”, amenazas y extorsiones impide que hablen. Desde afuera, prometen ayudarlos a salir de la cárcel y cubrir sus gastos a cambio de su silencio. Además, temen por su integridad y la de su familia y deciden callar.
EL PRECIO DE LA DROGA Para los “peces gordos” exportar droga en el estómago de alguna persona es un gran negocio. Les pagan por cada gramo que logran ingerir y transportar, pero ellos pueden duplicar o triplicar el monto si la droga llega a su destino final.
Según los casos que se han conocido, los “tragones” suelen recibir entre 1.000 a 1.300 dólares por ingerir un kilo de cocaína. De acuerdo con las causas atendidas, hay personas que transportan 31 cápsulas de droga y otras que pueden llevar 150 o más.
Algunas personas que han aceptado alquilar su estómago para transportar la sustancia ilícita, refieren que el narcotraficante después de la primera vez les ofrece un mejor pago. Dejar la actividad no es nada fácil porque son amenazados y extorsionados.
DESTINO FINAL Las “mulas” del narcotráfico realizan recorridos largos, generalmente por tierra. De 14 a 72 horas de viaje a Chile, Argentina y Brasil.
Según las investigaciones, la mayoría de los “tragones” tenían como destino Chile, vía Oruro. Estas personas compran su pasaje de Cochabamba hasta Oruro y allí adquieren otro boleto para llegar a Iquique, Chile.
El precio de la droga que llega a Europa es elevadísimo.
Sin embargo, Chile se ha convertido en un importante destino para las “mulas”. Otro mercado es Argentina. En junio de este año, Yolanda, de 32 años, fue encontrada muerta en la Ruta 26, Argentina. La boliviana tenía 78 cápsulas de clorhidrato de cocaína en su estómago. La explosión de uno de los ovoides acabó con su vida.
La hermana de Yolanda la vio por última vez unos cuatro días antes de su muerte en Yacuiba, Tarija. Después la llamó, pero otra mujer le contestó el teléfono y le indicó que Yolanda se “encontraba mal”.
La boliviana, madre de tres niños, había cumplido una pena de cuatro años por narcotráfico. Dejó la prisión y volvió a la actividad ilícita que le costó la vida. Según las investigaciones, la mujer que tomó el celular de la víctima mortal es de Yacuiba.
“TRAGONES” CADA VEZ MÁS JÓVENES Los traficantes de drogas están reclutando a personas más jóvenes para transportar cocaína en sus organismos. Los “tragones” suelen tener entre 18 y 40 años. La mayoría no pasa de los 30 años.
Estas personas son entrenadas. Los “peces gordos” los ponen a prueba haciéndoles comer rebanadas de zanahoria del tamaño de las cápsulas. También han realizado prácticas con velas de ese mismo tamaño.
Si ellos aprueban ese “examen” son contratados para llevar la droga por vía aérea o terrestre a otros países. Hay personas vinculadas a la organización que los vigilan y aguardan en ciertos puntos para que no huyan con la sustancia.
COCAÍNA LÍQUIDA, MÁS PELIGROSA Desde hace unos años ha crecido el transporte de la cocaína líquida debido a que creen que es menor probable su detección a través de una radiografía. Según personal médico, las “mulas” pueden ingerir más droga en látex que en cápsulas, aunque el riesgo de muerte es mayor en caso de que reviente la envoltura. Un solo gramo de droga disperso en el estómago es suficiente para que una persona pierda la vida en cuestión de minutos.
Se presume que el transporte de cocaína líquida al interior de condones se hizo frecuente en Cochabamba al menos desde 2011. Hay otras nuevas formas. Algunos usan como envoltura un guante de látex o condón que luego es envuelto por una película o papel carbónico y sellada con bolsas de nylon y quemada en las puntas. El propósito de los narcotraficantes es convertir la cápsula en color negro porque suponen que eso podría burlar el control policial.
Para los agentes antinarcóticos, los “tragones” tienen un comportamiento extraño. Esa es la primera pista de detección. Hay otras físicas que ellos notan en las personas que se dedican a esta actividad ilícita.
Tragar cápsulas de droga es la actividad ilegal más peligrosa, donde la persona que hace de “mula” no solo arriesga su libertad, sino también su vida.
Fuente/opinion.com.bo
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