sábado, 5 octubre de 2024

El Tercer Ojo

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Juez envía a la cárcel de Morros Blancos al feminicida de Lorenza

Fue capturado en Pinos Norte, su familia lo alimentaba y lo escondía en la serranía. Su aprehensión permitirá que se instale otro juicio por tentativa de feminicidio, en ese proceso estaba declarado en rebeldía

Carlos Osvaldo Gutiérrez, alias “El Pirañas”, fue enviado al penal de Morros Blancos con detención preventiva mientras avanza la investigación en su contra por el feminicidio de Lorenza Aguilera (33). El sujeto fue capturado en Pinos Norte, luego de evadir a la justicia desde el domingo, cuando, en presencia de sus hijos, mató a la mujer con un disparo en el rostro.

Cuando concluya la causa, el sindicado podría ser sentenciado a 30 años de cárcel, pero también enfrentarán cargos por complicidad quienes lo encubrieron. Además, tiene pendiente otro juicio en puerta por violencia.

Audiencia

La fiscal departamental, Sandra Gutiérrez, informó que la audiencia se instaló ante el Juzgado Cautelar Primero de la Capital. El Ministerio Público acreditó la probabilidad de autoría y los riesgos de fuga y obstaculización, por ello el juez Walter Chumacero ordenó la detención por el tiempo que requiera la recolección de pruebas.

La autoridad recordó que el sindicado estaba declarado en rebeldía por un caso de tentativa de feminicidio que se remonta al 2018. Aunque estaba en calidad de rebelde, la investigación continuó su curso y fue acusado formalmente.

Persecución

El crimen ocurrió el domingo por la noche, en el ingreso al barrio Los Tajibos.

Cómplices También enfrentarán cargos por complicidad quienes mantenían escondido a “El Pirañas”

Lorenza, sus hijos y otros familiares fueron a la casa de la madre del sujeto, allí consumieron bebidas alcohólicas. Eventualmente, Carlos Osvaldo comenzó a agredirla y por eso sus familiares decidieron marcharse, ella los acompañó a buscar transporte. Sin embargo, él la persiguió y le disparó en el pómulo izquierdo.

Entre los testigos estaba la hija de 15, el de 12 y también la niña de 2. Sus parientes de inmediato la llevaron a Emergencias, pero ya llegó sin signos vitales.

Los vecinos lo persiguieron, pero no pudieron capturarlo. Al día siguiente, aún ebrio, llamó a la madre de la víctima y le dijo que se entregaría, pero no lo hizo. Se presume que el rastreo de esa llamada permitió su captura.

El comandante departamental a la Policía, coronel Gregorio Illanes, señaló que la captura requirió de un operativo coordinado entre la Dirección de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI), el Departamento de Inteligencia Criminal (DIC) de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) y el Centro Especial de Investigación Policial.

Precisamente fue esta autoridad y el director de la FELCV, coronel Edson Fernández, quienes lideraron el operativo este miércoles por la mañana en la zona de Pinos Norte.

“El hombre estaba en la serranía, bien escondido. Los grupos operativos han tenido que incursionar por flanco derecho, flanco izquierdo y a la vanguardia para aprehenderlo. Hay gente que le estaba proporcionando alimentación y vituallas”, declaró.

El terreno donde se escondía figura como propiedad de la familia del sindicado, por ello se presume que quienes lo encubrían eran sus parientes.

Armas y gallos

Como parte de la investigación, la Fiscalía ordenó distintas pericias, incluyendo la toma de declaraciones y allanamientos a la vivienda del imputado. En esas pesquisas encontraron armas de fuego, como escopetas, pero aún no se confirmó el hallazgo del arma homicida.

También intervino la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) debido a que, entre otros animales, había casi una veintena de gallos que se presume eran usados para peleas y apuestas. Las aves fueron decomisadas y trasladadas a Zoonosis. Por ser una actividad ilícita, se abrirá una investigación paralela.

Un feminicidio que dejó tres menores huérfanos

El feminicidio de esta mujer de 33 años dejó otras víctimas, los tres hijos de la pareja, todos menores de edad, que fueron testigos de la muerte de su madre.

Los familiares cercanos de la víctima tuvieron que recoger sus restos para poder velarla y enterrarla. Además del luto por la muerte de Lorenza, enfrentan la preocupación por cómo asumirán la custodia de los huérfanos. Quien se hacía cargo era ella, que vendía comida en el puente San Martín y no recibía asistencia de su victimario.

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