El pronunciamiento exige al Ministerio someterse a la verdad y no a la manipulación ideológica. Desde Creemos cuestionan la incorporación del término «ruptura constitucional»
La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) se pronunció este miércoles ante la nueva malla curricular definida por el Ministerio Educación que regirá para la gestión 2023.
Monseñor Fernando Bascopé, obispo presidente del área de Educación de la CEB, afirmó que la Iglesia Católica ve con profunda preocupación que la propuesta curricular comprometen seriamente los pocos alcances realizados en las dos últimas gestiones escolares.
“Pensamos que esta nueva currícula no prioriza la calidad educativa y fue definida unilateralmente al no contar con el aporte de las instituciones que trabajan educación”, señaló Bascopé mientras leía el pronunciamiento.
Puso como ejemplo las últimas protestas llevadas a cabo por la Federación de Maestros Urbanos en Cochabamba y de los padres de familia. La jornada de este miércoles también se desarrolló una ruidosa marcha por parte de los maestros urbanos en La Paz, que tomaron las calles del centro.
La mañana del miércoles, el viceministro de Educación Regular, Bartolomé Puma, defendió la actualización curricular asegurando que se ha trabajado con los profesores, con aportes de universidad y la Confederación de Estudiantes.
“Se hizo de manera participativa, al finalizar la gestión 2022 capacitamos a más de 50.000 maestros y seguimos en ese proceso”, argumentó Puma.
Bascopé mencionó que las instituciones que parte del sistema educativo, como las gobernaciones y los municipios, no tienen clara la responsabilidad que deben asumir con dicha currícula, como la dotación de materiales técnicos y escolares, menos aún en la construcción de mejora, infraestructura necesaria para el desarrollo curricular.
Sobre la malla, la Conferencia Episcopal apuntó a los contenidos de la educación sexual integral, considera que afectan a los derechos fundamentales, los cuales, al ser tratados sin un «contexto familiar, afectivo y emotivo adecuado, solo producen confusión y desorientación».
“Alentamos a que los padres, docentes y estudiantes tengan sentido crítico basados en principios y valores, no en imposiciones ideológicas ajenas al campo de la educación científica y humana. La educación debe supeditarse a la verdad y no a la manipulación ideológica”, aseveró monseñor Bascopé.
Esta jornada también circuló un documento en el que el Ministerio de Educación incorpora para este 2023 los conflictos sociales de 2019, los que califica como “ruptura constitucional”.
“La ruptura constitucional de 2019” figura como contenido del sexto año de secundaria, es decir, para las promociones, de acuerdo con el texto Planes Y Programas Educación Secundaria Comunitaria Productiva 2023, que publicó el Ministerio de Educación.
Al respecto, la diputada por Creemos, Laura Rojas, lamentó que el Gobierno esté introduciendo la “fábula del golpe de Estado” en los contenidos de la malla curricular.
Calificó como una «aberración» y «vergonzoso» que desde el Ministerio de Educación estén pretendiendo “adoctrinar” a los nuevos estudiantes a través de mentiras.
«Como legisladores nacionales emitimos una petición de informe en diciembre de 2022, exigiendo al ministro que nos responda los cambios y la malla a implementarse; sin embargo, con artimañas ellos tratan de imponer esta narrativa», mencionó la parlamentaria.
Fuente/eldeber.com.bo
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