Si hay algo para lo que Evo Morales es hábil es para el manejo o, mejor dicho, la manipulación de los medios de comunicación. Morales está presente entre las primeras tres noticias más importantes del país cada día, por distintos motivos. Sin embargo, la razón por la que ahora es noticia es insólita: ha denunciado un presunto encubrimiento de narcotráfico en el entorno del (Presidente) Luis Arce.
Este lunes 4 de abril, Evo Morales convocó a una conferencia de prensa en las oficinas de la Gobernación de Cochabamba, para presentar una serie de grabaciones de audio. Se trata de conversaciones entre efectivos antidrogas en pleno operativo en Valle Sacta, que revelarían un encubrimiento al narcotráfico, pues un supuesto coronel habría instruido a un subalterno que abandonara un lugar donde habría encontrado al menos cuatro fábricas de cocaína.
Al respecto, Morales, jefe de Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, el lugar donde más cocaína se produce en Bolivia, sostuvo: “Quiero pedir que haya una profunda investigación, de dónde viene, cómo viene la protección al narcotráfico en Valle Sacta. Si es así, de algunos comandantes policiales de lucha contra el narcotráfico, entonces, estamos mal en la lucha contra el narcotráfico”.
Sin embargo, tras la denuncia de Morales, este miércoles la Felcn desplazó efectivos para realizar labores de rastrillaje en la zona que dieron como resultado el descubrimiento de 4 laboratorios con una capacidad de producción de 200 kg mensuales de cocaína cada uno.
A todo esto, cabe recordar que, a inicios de febrero, EEUU ofreció una millonaria recompensa por información sobre Maximiliano Dávila, exjefe antidrogas del régimen de Morales y que, desde entonces el evismo trató de remover a al menos seis ministros del gabinete de Arce, y aunque no lograron cambiar ninguno, el ministro de Gobierno será interpelado por su propio partido este próximo 20 de abril.
Igualmente, desde entonces se han registrado varias pruebas de división en el Movimiento al Socialismo (MAS) que han derivado incluso en la expulsión de Rolando Cuéllar, un diputado cruceño que ha criticado severamente a Morales y que se ha pronunciado en numerosas oportunidades en favor del Gobierno de Arce y de un nuevo liderazgo en el partido.
Todavía no existe suficiente claridad respecto de qué está sucediendo con estas denuncias exactamente. El evismo, representado en esta oportunidad por Héctor Arce, diputado del MAS por Cochabamba, sostiene la siguiente hipótesis: “Honestamente, creo que ahí hay una idea de dañar la imagen de Evo Morales y de estigmatizar a la región del Trópico de Cochabamba, porque Evo es de ahí, al igual que Andrónico Rodríguez o Leonardo Loza, y siento que hay una mano negra que está haciendo este tipo de trabajos de manera interesada”.
Otros sostienen otra idea tal vez menos probable, que todo esto se trata de un montaje, un espectáculo con el cual distraer la atención de la opinión pública de la severa crisis en el sector petrolero o en la falta de financiamiento en varios ámbitos de la economía donde el Estado ha intervenido desde 2006.
No obstante, si las denuncias del jefe cocalero son ciertas, si realmente existen fracturas cada vez más grandes entre el Gobierno de Arce y los cocaleros del evismo, Morales está abriendo el paraguas antes del aguacero, por tanto, el momento en que éste le retire su apoyo a Arce Catacora públicamente podría estar cada vez más cerca, así como un nuevo período de inestabilidad e incertidumbre en el país, desde la iniciativa de un referéndum revocatorio o la obstaculización desde la Asamblea Legislativa contra Arce, e incluso -quién sabe- la persecución contra Morales.
Fuente/gaceta.es
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