La compañía rusa, que lleva más de una década en Bolivia se comprometió a invertir $us 1.200 millones en exploración de gas. Rosatom, construye el centro nuclear en El Alto, pero con financiamiento estatal
Como nula, así calificaron expertos consultados por EL DEBER la influencia económica que ejerce Rusia en Bolivia. Salvo el anuncio del arribo de empresas como Acron (gran productor de fertilizantes) en 2019, que nunca se concretó, más la presencia de Gazprom y Rosatom, la inversión rusa es mínima. Incluso en el principal negocio que maneja el Estado: el gas natural.
Gazprom lleva más de una década en el país, pero durante este tiempo no perforó ni desarrolló ningún campo de gas natural o petróleo en Bolivia, cuestionaron los especialistas consultados.
La presencia de la operadora rusa, según su portal web, está asegurada por un paquete de documentos con un Memorando de Entendimiento firmado primero el 21 de febrero de 2007 entre la firma Gazprom y la estatal boliviana YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos).
En 2018, ambas empresas firmaron un acuerdo de Asociación Estratégica que da forma a la cooperación interempresarial en exploración, producción de gas y transmisión de hidrocarburos en Bolivia; el desarrollo de la infraestructura nacional de transporte de petróleo y gas, y el mercado de GNV.
Un año después, el entonces ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, informó que se cerró la negociación con la empresa rusa para atraer $us 1.200 millones de inversión en la exploración del área Vitiacua.
Consultado sobre el tema, el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, expuso que la influencia del país europeo en Bolivia es mínima si se toma en cuenta al principal negocio que tiene el Estado: el gas.
Precisó que el gigante energético ruso opera en el país hace más de una década, pero a la fecha su única participación importante es ser socio del campo Incahuasi, pero de forma minoritaria.
“Gazprom básicamente tiene en Bolivia un contrato en el bloque Incahuasi donde es socio con Total, luego unas oficinas vacías acá (en Santa Cruz) y no tiene ninguna influencia más. Básicamente se cansó de no poder establecer un modelo de negocio en Bolivia y lo único que tiene es un representante y un par de traductores acá”, señaló.
El investigador y científico, Francesco Zaratti, dijo en EL DEBER Streaming que la presencia de Gazprom en el campo Incahuasi obedece más a una alianza internacional que tiene con Total Energy, que por un interés en el país.
Recordó que el acercamiento entre Rusia y Bolivia se afianzó cuando el Estado boliviano era miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), por lo tanto, esa aproximación convenía mucho al Gobierno de Vladimir Putín, porque era un voto a su favor.
En esa línea, el exdirector de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, dijo que el único vínculo fuerte que tiene el país es el político debido a su enfrentamiento directo contra Estados Unidos.
“No hay una presencia importante de empresas rusas y la deuda bilateral es pequeña. No es un cliente importante para Bolivia, ni nosotros para ellos”, dijo.
La incógnita sobre la influencia económica rusa en el país es observada después de que el Gobierno de Putín decidiera invadir Ucrania. La acción militar fue cuestionada a escala global y tanto la Unión Europea como Estados Unidos han impuesto duras sanciones económicas contra Moscú.
El diputado Miguel Roca afirmó que el intercambio comercial con el país ruso es casi nulo; sin embargo, Bolivia ha contratado a la empresa rusa Rosatom para el proyecto del Centro de Investigación de Desarrollo en Tecnología Nuclear, instalada en la ciudad de El Alto. Para el contrato de $us 351 millones se gestionó un préstamo con CAF-Banco de las Américas, que ayuda con parte del financiamiento.
FUENTE/EL DEBER
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