miércoles, 27 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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El caso del comandante del Ejército boliviano acusado de ladrón: “No me explico cómo puede tener ese cargo”

El exministro de la presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, cuestionó a una de las máximas autoridades militares del país

Que el comandante del ejército sea tildado de ladrón es algo que no se había dado en Bolivia jamás, pero ahora ha ocurrido: el comandante Juan José Zúñiga fue calificado de esa manera por el exministro de la presidencia (de Evo Morales), Juan Ramón Quintana.

“Yo personalmente, siendo exoficial del Ejército, no me explico cómo alguien que roba puede ser comandante general del Ejército. Alguien que roba, alguien que está procesado por robo ¿Qué pasa?”

Quintana dice que el general Zúñiga tiene juicios pendientes ante la justicia por haber usado y malversado recursos de un bono creado por Morales para los estudiantes y de otro que beneficia a las personas de la tercera edad.

“¿Estamos naturalizando el robo en las FFAA y los próximos ladronzuelos van a ser generales?”, dijo Quintana, quien fue oficial del ejército, se entrenó en la “Escuela de las Américas” de Estados Unidos durante la guerra fría y ahora está retirado.

El hecho no ha sido respondido ni por el aludido ni por quien lo puso en el cargo de comandante, el presidente Luis Arce Catacora, cuando la tensión política dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) se ha hecho incontrolable e incluye acusaciones de formar parte del narcotráfico que se cruzan entre los bandos enfrentados.

Otro exministro de Morales, Carlos Romero, asegura que el gobierno de Arce protege al narcotráfico, aunque también dice que los asaltos de tierras privadas y fiscales, alentados por el expresidente, también están conectados con intereses de la droga.

Zúñiga había tenido el atrevimiento de decir que Morales “mete la pata” en temas políticos porque está mal asesorado, aludiendo a las reiteradas denuncias públicas del expresidente acerca de las presuntas conexiones de los actuales comandantes con lo que llama el “golpe” que lo echó del poder en noviembre de 2019, aunque en realidad fue una formidable revuelta popular.

En aquellos días, el exoficial del ejército Quintana se asiló en la embajada mexicana porque estaba seguro de que había estallado una revolución en Bolivia, como también pensaron Morales y su vicepresidente, que huyeron despavoridos en un avión militar enviado por López Obrador.

Morales asegura que todos los miembros del Alto Mando militar designado por Arce en noviembre pasado estuvieron comprometidos en aquel “golpe”, así como otros generales del servicio activo que están presos, esperando ser juzgados.

Tanto Arce como Morales han hecho cambios de comandantes de las Fuerzas Armadas sin respetar las normas militares, pensando solamente en premiar a los jefes que les son leales.

Es tan irregular el procedimiento que los militares revelaron en las redes sociales que el general Zúñiga egresó del colegio militar con calificaciones muy pobres y fue el número 48 de su promoción.

La ley orgánica de las fuerzas armadas señala que el cargo de comandante sólo puede ser ocupado por quien hubiera obtenido el primer puesto en las calificaciones del colegio militar y hubiera tenido una ejemplar hoja de servicio.

Morales ordenó que el colegio militar reciba con preferencia a hijos de los cocaleros de Chapare desde 2006, cuando llegó a la presidencia y ahora algunos de ellos están llegando al grado de coronel y pronto van a controlar los principales cargos militares, según denuncian los jubilados.

La influencia cubana hizo que el saludo de la tropa en los cuarteles cambie el lema de “viva Bolivia libre” por “patria o muerte”, algo que fue eliminado durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez, en 2020, pero Arce lo volvió a imponer en 2021.

Ahora, Arce ha pedido en sus arengas que los militares le ayuden a combatir a los dirigentes empresariales de Santa Cruz, a los que acusa de ser de raza blanca y tener “apellidos extranjeros”.

Pero en la pelea interna del MAS, ahora el blanco es el general Zúñiga, que se ufana de no haber sido buen estudiante y a cambio dice estar orgulloso de ser leal al gobierno de Arce.

Los militares bolivianos cambiaron sus preferencias muchas veces durante la guerra fría y llegaron a hacerse izquierdistas después de haber derrotado al Che Guevara en 1967.

Pero es la primera vez que son tentados y hasta sometidos por cocaleros y narcotraficantes.

Fuente/infobae.com

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