jueves, 28 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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Carlos Palenque era un ‘llokalla, hualaycho y romántico’; murió hace 27 años

“Yo me quedo con este llokalla, hualaycho, del que se enamoró mi madre. Hualaycho, alegre y músico, que todo rato estaba riendo y preguntándole cosas a la gente  con esa curiosidad y esa inquietud”. Así recuerda Sayuri Loza a su padre Carlos Palenque, El Compadre, el comunicador que marcó época desde la radio y la televisión y luego causo un sismo en la política con su irrupción.

Hoy viernes se cumplen 27 años de la pérdida de una de las personalidades más influyentes de la sociedad boliviana. Fue cantante, músico, empresario, presentador de televisión y político boliviano. Carlos Palenque falleció un 8 de marzo de 1997, a causa de  un infarto cardiaco.

“Tal día como hoy, pero de 1997 y en circunstancias trágicas, murió mi padre. Era de esperarse que una vida bohemia, romántica y peculiar en extremo, tuviera una muerte no menos apoteósica. Fue un hombre de carne y hueso, con luces y sombras y una energía memorable en su presencia, amó la vida y amó mucho, lo que quizás lo llevó a su final inesperado. Él me enseñó (en los pocos años que fue a visitarme a casa), a buscar el conocimiento siempre. Cuando murió, todo se sintió más incierto y más difícil en mi vida, y ni siquiera pude asistir a su entierro. ¿Qué me queda de él? Mi hermana, algunos videos suyos y algunos gestos suyos que veo en mí”, recuerda Loza en un post publicado en Facebook este viernes.

Sayuri como la hija no reconocida de Palenque no pudo gozar mucho de la compañía de su padre, pero aprecia mucho los recuerdos que compartió con él. Ella recuerda a El Compadre

como una persona alegre que lo dejaba a uno con una fuerte impresión por su porte y su voz. Ese su timbre hacía que la gente decida volver a escucharlo sin más.

Por otro lado, Palenque también se caracterizó como una persona ligada a aliviar las necesidades de la gente, debido a las carencias que vivió durante su infancia. “Tenía mucha fuerte esa ligación con la idea de pasar necesidad, de pasar hambre, de ser vulnerable y creo que eso lo ha acompañado a lo largo de todo su camino”, expresó Saruyi.

Su juventud es uno de las facetas menos conocidas de Carlos Palenque. Fue alegre o hualaycho que siempre se reunía con sus amigos luciendo unos pantalones de campana, característicos de la época, y una melena sin igual. Una juventud marcada por los viajes al interior de Bolivia, donde conoció todas clases sociales que componen a este país.

Él llevó su música a todos lados y realizó viajes por Argentina y Estados Unidos, interpretó la cultura nacional, puso en evidencia la belleza de la música en un momento en que el folklore no era apreciado como ahora. Fue un intérprete y cantautor singular. Para su hija, este fue el momento en el que El Compadre conoció la emoción del amor al pueblo, vio su sensibilidad y lo que lo ayudó a forjar su camino hacia nuevos derroteros.

Carlos Palenque dejó un legado importante en todas sus facetas. Desde la música, como un cantautor que importó su cultura al exterior; desde los medios de comunicación, como un periodista que le abrió las puertas a una Bolivia que no era visibilizada en ese tiempo; y desde lo social y político con su modelo endógeno y nacionalista bajo el lema de “En este país, tenemos que aprender a vivir cambas, chollas, chapacos y kusillos”, mencionó Sayuri.

Por ende, en estas fechas se lamenta y se recuerda a una figuras de mucha importancia para el pueblo boliviano.

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