Marco Aramayo murió este año estando preso y tras haber denunciado corrupción en el Fondo Indígena.
Marco Antonio Aramayo, exdirector del Fondo Indígena, estuvo preso siete años con al menos 100 procesos en la vía penal y otro centenar de denuncias que estaban a la espera de activarse por hechos irregulares en la institución indígena, que él mismo denunció en su momento.
Murió a raíz de un coma este año y su caso fue analizado por el Instituto de Terapia e Investigación sobre las secuelas de la Tortura y la Violencia de Estado (ITEI), instancia que emitió un informe y concluyó que Aramayo padeció 88 agresiones y fue torturado al menos 188 veces por jueces, policías y otros funcionarios judiciales y de Gobierno, durante su reclusión.
El ITEI publicó un documento que titula. “El disfuncionamiento de la justicia. Tortura y otros malos tratos infligidos a Marco Antonio Aramayo”.
“El ITEI publica el tercer número de la serie: Secuelas bio-psicosociales de la tortura y el primero bajo el rótulo de Casos emblemáticos”, de esa manera se presentó el documento.
En el texto se hizo una descripción pormenorizada de todos los atropellos y vulneraciones de derechos cometidos contra el exdirector del Fondo Indígena. Luego, se hizo un recuento de las agresiones y torturas a las que fue sometido.
CRONOLOGÍA DE AGRESIONES
El ITE hizo un detalle de fechas, acontecimientos, formas de agresión predominantemente / tratos crueles, inhumanos y degradantes, y autores de las agresiones.
Un total de 88 casos de agresiones fueron contabilizadas. En los acontecimientos sobresalen: detención arbitraria; cobros ilícitos de jueces y policías; más de 80 audiencias cautelares; represiones, castigos, amenazas y agresiones en calabozos y celdas de cárceles; sometimiento a condiciones inhumanas; encadenamiento en camilla; traslados en condiciones deplorables y diferentes a calabozos de cárceles del país; agresiones de los policías, entre otros.
“Recluido en el penal de Pando, el Sr. Aramayo es testigo de una batalla entre presos con palos, cuchillos fierros, machetes, etc. Testimonia que llegó a contar 20 heridos y 3 muertos. A esto le sigue una brutal represión policial, en la que lo golpean con la culata del fusil (allí pierde un diente). Los policías además entran con gases lacrimógenos, y obligan a los detenidos a desnudarse y a permanecer 4 horas tendidos en el suelo, con las manos sobre la nuca”, señala parte del informe del ITEI.
También hace mención a una serie de vulneración judicial al debido proceso como traslados a destiempo a otros juzgados del país a fin de que solo duerma en una celda; requisas violentas sin justificación; múltiples órdenes para cautelarlo; entre muchos otros.
“Se inicia un proceso administrativo contra el Sr. Aramayo, acusándole de haberle quitado una presa de comida a otro privado de libertad. Sin embargo, no hay testigos ni evidencias”, señala el documento obre uno de los procesos contra Aramayo.
En su mayoría los apuntados como responsables de esas agresiones son: jueces, policías y abogados, y también se nombra a funcionarios judiciales y de Gobierno.
FORMAS DE TORTURA SUFRIDAS
El ITEI también remarcó las fechas en las que Aramayo fue sometido a torturas, contabilizando al menos 188 casos, algunos tipos de tortura, incluso, se hicieron por varios años.
El Instituto dividió en cuatro partes los tipos de torturas contra Aramayo: Agresiones predominantemente corporales; agresiones predominantemente biológicas; agresiones predominantemente sexuales; y agresiones predominantemente psicológicas.
“Masacre en el Titanic. […] Recuerdo que los policías entraban gritando con gases lacrimógenos, armados con fusiles de asalto. Los internos nos tiramos al piso y ahí nos redujeron. […] A todos nos desnudaron. Nos sacaron desnudos, sin ropa, al patio. Estuvimos 4 horas tendidos en el suelo, con las manos en la nuca. Al que se movía, le metían gas”, detalla un pasaje contado por Aramayo y que figura en el informe.
Entre los casos se puede mencionar: golpizas; retenciones violentas para prohibirle que acuda a sus audiencias; fue trasladado e internado encadenado; sometimiento a cobros ilícitos; secuestro; traslados injustificados desde el altiplano al oriente y viceversa; castigos y aislamientos prolongados en calabozos; ante cualquier denuncia que hacía era trasladado a espacios de castigo de diferentes cárceles; denegación de servicios básicos; privación por varios días de agua, medicamentos, alimentos y abrigo; entre otras.
“Fui obligado a pernoctar en frías y oscuras celdas en diferentes partes de Bolivia. En celdas, carceletas, cárceles, EPIs y otros centros de aislamiento. He conocido las celdas judiciales de La Paz, Oruro, Tarija, Palmasola, Cochabamba, Beni, de todo Bolivia”, es el testimonio de la víctima recabado por el ITEI.
El documento también devela las extorsiones a las que fue sometido el exdirector por parte de jueces y policías, sobretodo.
Fuente/paginasiete.bo
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