Dos analistas coincidieron en señalar que para cambiar las estructuras de la Policía Boliviana y liberarla de los actuales niveles de corrupción, se necesita bastante fuerza y voluntad política e incluso, uno de ellos, sugirió hasta apoyo de todo el planeta.
Gregorio Lanza, exdirector de Régimen Interior, y Samuel Montaño, experto en temas de seguridad, compartieron panel en el programa “Hagamos Democracia” de la red Erbol y concordaron en afirmar que la Policía Boliviana se ha convertido en un poder monstruoso capaz de definir la estabilidad de un gobierno.
“La Policía aún tiene el poder para poder decir lo que puede hacer con el gobierno, al igual que los militares”, definió Montaño advirtiendo que cambiar la Policía será algo “terriblemente difícil porque han convertido en un monstruo”.
Lanza sostuvo que el caso Diprove, donde altos jefes policiales se vieron involucrados en la tenencia de vehículos robados, ha revelado el nivel de podredumbre y el “monstruoso poder” que tiene la Policía cuando su tarea debería enfocarse a cumplir servicios de seguridad ciudadana.
Recordó que en diferentes reuniones que tuvo con ministros de Gobierno y en las varias cumbres de seguridad ciudadana a los que asistió, lo que más se discute es la distribución de motos y movilidades y nada sobre los esquemas de corrupción y por eso considera que hablar de un cambio en la Policía se necesita una visión diferente y trabajar con inteligencia.
Tanto Lanza como Montaño indicaron que hasta ahora policías y militares trabajaron bajo el criterio de tener “piedra libre” que les dieron los gobiernos de turno, al extremo de haberles permitido conformar empresas y establecer negociaciones a nombre del Estado.
“Hacer una reestructuración profunda de la Policía se ha convertido en un riesgo para los gobiernos actuales. Va ser muy difícil. Tiene que ser una decisión bastante fuerte porque inclusive algunos cambios muy superficiales requieren de bastante fuerza política, bastante voluntad y un apoyo si es necesario de todo el planeta para cambiar la Policía”, dijo Montaño al plantear la “desmilitarización” de la Policía como primera acción.
Montaño mencionó que la embajada de EEUU tiene mucho que ver en esto, porque teniendo la DEA en sus manos, permite que policías como el coronel Maximiliano Dávila y otros se metan en el narcotráfico para poderlos controlar y solo son capturados cuando se pasan de los límites permitidos.
Recordó el caso de un exdirigente político que estuvo cuatro años en la cárcel por narcotráfico, recluido incluso con la ayuda de la embajada de EEUU, pero asistía como un invitado más en la lista de los escogidos para celebrar la fiesta patria del 4 de julio.
Dijo que cuando preguntó por qué invitan a políticos, policías y militares vinculados al narcotráfico, un personero de la embajada le explicó que ellos tienen un nivel de corrupción controlable, pero que a la embajada le sirve porque manejan gente y en el caso del político encarcelado, tenían la esperanza que algún momento podía ser diputado o senador y ahí tener un voto a su favor.
Fuente/erbol.com.bo
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