jueves, 28 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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Familia y amistades de Wilma no conocían a su feminicida

El velatorio, en La Paz, donde le dieron un adiós a Wilma estaba repleto; en España hubo una jornada de manifestación pidiendo justicia para la mujer que vivió en Europa.

Eulogia Quispe no podía creer lo que estaba viendo: el cuerpo sin vida de su prima Wilma Fernández en un ataúd. Alrededor del féretro un montón de arreglos florales y las bancas del salón velatorio repleto de conocidos y desconocidos.

Ella, que llegó al velatorio con un gran ramo de rosas, afirma que no conocía a Jashiro Oliver Hayakawa Condarco, quien fue presentado por las autoridades como el autor del crimen.

El esposo de Eulogia, Gregorio Cochi, tampoco escuchó hablar de él, hasta la conferencia de prensa que dio el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, el sábado a las 22:10. “Nosotros somos de la familia y nos sentimos indignados. Pedimos justicia, que se dé la pena máxima a él y a todos los cómplices, no ha debido ser él solo el culpable”, reclamó.

Cuenta que Wilma sufrió la muerte de su padre el año pasado y en febrero se cumplía un año de aquel deceso. “Debería ser 30 años directo y a todos sus cómplices. Vamos a organizar manifestaciones, algo hay que hacer como familia”, añadió.

Las amistades de Wilma tampoco tenían conocimiento del autor confeso del feminicidio. La familia de Maribel Villacorta Vega también estuvo en el último adiós de Wilma.

Maribel recuerda a Wilma como “una persona maravillosa, linda, humilde, cariñosa, a quien no le gustaban los problemas”.

“La conocí a Wilma hace 16 años en España. Estuvimos allá en contacto, es amiga mía de muchos años. Me vine hace nueve años y ella después se vino a estudiar. Salió profesional y hace unos dos años se volvió a ir”, refiere la mujer a la salida del velorio de su amiga.

Ella, durante un tiempo, se convirtió en confidente de Wilma y hasta se hizo amiga de un exenamorado de ella, pero jamás le escuchó hablar de Hayakawa. “No tiene hijos, siempre ha tenido mala suerte con sus parejas y ella siempre pensaba bien. Su meta era estudiar y lastimosamente pasó esto”.

Pesquisas

El comandante de la Policía, Jhonny Aguilera, entregó más datos sobre el feminicidio de Wilma. Dijo que se elaboró seguimiento “a partir del 22 de marzo, fecha en la que este sujeto le quita la vida”.

“Son datos incontrastables”, sentenció. Agregó que gracias a grabaciones de videos se supo que Wilma fue llevada a la casa del feminicida, allí él la mató y luego la llevó camino a los Yungas. Aguilera contó que el detenido contó lo que había hecho a una tercera persona y le pidió que guarde silencio. En su departamento encontraron 10 pruebas que lo incriminan.Antes de irse a Londres, Wilma trabajó en España

Wilma Fernández era una persona muy querida en Madrid. Justamente en la capital española hubo una vigilia pidiendo justicia para la mujer que durante años permaneció allá y que fue asesinada el pasado 22 de marzo.

Maribel Villacorta conoció a Wilma 16 años atrás. Desde entonces forjaron una amistad a prueba de distancia.

“Se fue a España porque ahí tiene a su mamá. Nos conocimos allá, es amiga mía, de mis hermanos, de mi familia”, explicó Maribel durante el velorio de la mujer asesinada.

“En Madrid la conocía trabajando en casas. También trabajaba en supermercados, estaba en Carrefour. Trabajaba en lo que hay ahí, cuidando viejitos, niños y limpiando casas”, comentó Maribel.

Acotó que ella supo que volvió a Bolivia y después estaba dispuesta a retornar a Europa. En Londres tenía la posibilidad de trabajar en ocupación ligada a su carrera profesional.

También añadió que Wilma era muy querendona de su mamá, Juana. “Su mami está allá en Madrid y está delicada de salud”.

Luego de conocerse el feminicidio de Wilma, en Madrid hubo una manifestación pidiendo justicia.

La vigilia se realizó en la plaza Elíptica, sitio ubicado entre los distritos de Carabanchel y Usera. Allí hay una importante cantidad de migrantes, especialmente de Latinoamérica.

En esta marcha estuvo presente Juana Quispe, mamá de Wilma. La mujer estuvo vestida de amarillo y permaneció sentada. Los gritos de justicia fueron el denominador común de la jornada.

Fuente/paginasiete.bo

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