martes, 26 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

Noticias de Tarija y Bolivia (Seguridad/Policial/Judicial)

El MAS bobo

El partido que se divide en el poder es un partido de bobos; ese es un hecho y, hay montones de datos que respaldan lo escrito, de manera que no me voy a detener en uno de ellos en particular.

Que un expresidente (Evo Morales) se haya creído el cuento de que él era insustituible y que poner a Arce en el gobierno para “cruzar” a Choquehuanca era una constatación de su poder indiscutible, es ser MÁS bobo todavía.

Nadie acepta ser monigote de alguien que hizo fraude, que salió huyendo y que es señalado por el país como el generador de una de las crisis políticas más complicadas del último tiempo, así ese nadie sea mirado por el país no político como un “tilín cualquiera” que ha sumido al país en una situación económica que no se veía en muchos años; probablemente desde la caída del go is o, impulsada o insuflada por el indigenismo que se animó en los caminos y cerros: en Yungas, sin saber que el masismo de Filemón, que había visto en Evo Morales a su figura destacada y apostaba a ello aunque desde otra mirada, es decir la complementariedad de los contrarios o los opuestos.

La mirada de Filemón había sido fijada en otro MAS, pero aparecieron los Alvaros y el grupo Comuna (que terminaron yéndose, decepcionados, porque tenían otra, una mirada indianista que no era lo mismo que el indigenismo de García Linera) y no compartían aquello de la hegemonía al estilo prebendal e impositivo a la mala de García Linera y la Ejemonia (de ser el eje de todo, de Morales).

Y no es que uno crea que lo indigenista (una sátira o practica bufa del indianismo) sea la salida para el país; no lo creo para nada, porque mi mirada es más liberal democrática y modernista, de división de poderes, independencia judicial, democracia social, etc y no tiene nada que ver con captar a los indígenas como pongo o instrumento político, como lo fue el proceso de conversión del indio en campesino del movimientismo del 52, que fue, finalmente lo que terminó haciendo Álvaro García Linera (y su hermanito sin oficio)… usar a los indígenas y a los que se autodefinen como tal (de ahí ese chapurreo de los interculturales que asaltan y roban bajo el manto protector del poder), pero esto no es más que una parte que no debiera entrar en la discusión de quién es el MÁS tonto.

Es MÁS tonto Evo Morales, porque no se da cuenta de lo que está perdiendo, o MAS bien, que ya está perdido, porque en los modelos populistas de la política actual, en los modelos del Socialismo del Siglo XXI sólo sirve ser primero, los segundos están acabados, están idos, como él.

El exvicepresidente que se debe haber quedado sin trabajo en Argentina y vuelve a Bolivia a tratar de arreglar “lo inarreglable”, a ver si le toca algo, porque Morales está desesperado y es exageradamente agresivo y ordinario, y encima los discursos y declaraciones de los cocaleros Arce y Loza no son ninguna ayuda, como no lo son los de Carlos Romero que, desesperado por salvarse de lo que le puede venir, se escuda en Morales para atacar al gobierno, con argumentos que, de salir de otra persona seguramente le harían daño al gobierno, pero, Romero es un “político feo”, más allá delas consideraciones físicas, porque la belleza es un concepto y nada es feo o bonito en esas consideraciones.

Romero arrastra tras de sí, las mismas dudas que arrastra el Niño ministro del Castillo, así este tenga apenas dos años en el poder, de manera que haga lo que haga será visto sin mucho interés de respaldo; sirve para un día de titular, y al día siguiente desaparece, como lo que hace doña Teresa Morales que nunca logró que alguien la tome en cuenta como un valor político, ni cuando estaba en el gobierno, donde no fue ninguna maravilla y, además, estuvo en la Comisión de pacificación de la Iglesia y las Organizaciones y ahora sale con cuentos que nada tienen que ver con la realidad de lo ocurrido.

Andrónico se zambulle para no jugar; es cocalero y chapareño, de manera que mira para otro lado, pero no olvida el maltrato de Morales cando quería ser candidato a vicepresidente y luego a senador, pero Morales postergó por él mismo, hasta que el poder electoral le dijo que no tenía un año viviendo en el país (por su huída).

No está bien el MÁS; está, en todo caso, mal; pero Arce, gana por descarte; es el poder y el socialismo del Siglo XXI solo premia, en las calles al que se lleva todo y ese es el caso del presidente que en un partido prebendal es el que “parte la torta”y reparte los pedazos, es el que maneja la caja chica y la caja grande, es el que pone las pegas y las quita o las cambia y los EVISTAS se convierten en LUCHISTAS no en Choquehuanquistas, que resultó ser un despistado alegórico con ningún valor político, pero eso le sirve a Arce porque no le hace sombra, como no le hacía sombra García Línea a Evo Morales, porque lo atendía al pensamiento y eso era suficiente para que lo deje hacer y deshacer lo que se le ocurra, así eso haya sido su propio poder en el aparato, beneficiándose del mismo.

Morales ha demostrado ser el MAS bobo; Arce, sin mucho, de nada, simplemente resulta ser el ganador porque en el populismo “movimientista” del MAS, así nomás son las cosas; no hay, hoy, quién brille o se destaque, así sea él el que avanza con un poder implacable, asentándose en la fuerza de la “legalidad del decreto (Lima y compañía) y si se puede, en la “fuerza parlamentaria” que hace leyes para consolidar su intento totalitario, mientras espera una elección judicial que sea la otra pierna en la que se apoyará para ganar a como de lugar; así se hace en Nicaragua y Venezuela; acá, con una oposición que no encuentra cómo salir de donde está, porque el parlamento no le dan los votos, aunque intente, denuncie u obstruya alguna cosa.

Ya habrá tiempo para hablar y escribir de los demás, por ahora, esto es suficiente.

Carlos Federico Valverde Bravo, es Periodista

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