miércoles, 27 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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El 10 de España, de marcador de Garrincha a Marco Asensio

Hasta 1954, la FIFA no estableció dorsales fijos en los Mundiales, algo que estrenó España en 1962 y con el 10 para el defensa Sígfrid Gracia

Marco Asensio será en Qatar algo que en la mística del fútbol es, desde hace años, distintivo de jugador franquicia de los equipos: lo que los brasileños llaman la camisa número 10. Era un interrogante en el reparto de dorsales de España, porque en Qatar habían aparecido anuncios con Pedri luciendo el 10 de España. Pero el orden es el orden, y en la selección se respeta la jerarquía estipulada, la que dice que elige el internacional que lleva más partidos. Por eso Asensio se quedó con el número que desde que no está Thiago tiene al tres veces campeón de Europa con el Real Madrid como propietario cuando ha estado.

Pero la mística del 10 no es un elemento que se una al fútbol desde sus inicios. De hecho, hasta la quinta Copa del Mundo, la de Suiza en 1954, la FIFA no estableció que los convocados jugaran toda la competición con el mismo dorsal. El primer campeón del mundo con el 10 fijo fue el alemán Werner Liebrich.

España tuvo que esperar hasta el Mundial de Chile de 1962. En un equipo repleto de estrellas (Di Stéfano, Luis Suárez, Gento, Puskas, Del Sol…), el 10 fue para uno de los laterales izquierdos: el barcelonista Sígfrid Gracia (1932-2005). De los 10 partidos que jugó con la selección española, dos fueron en el Mundial chileno: en la victoria a México (1-0) y la derrota ante Brasil (2-1) que mandó a España casa. Ese día, en el Sauzalito de Viña el Mar, le tocó marcar al mejor jugador de ese Mundial, Garrincha. “Ha sido el mejor, por encima de Pelé. Garrincha, a quien me correspondió marcar en el partido contra Brasil, me hizo pasar muchos apuros. Lleva el balón cosido a la bota y finta diabólicamente”, explicaba al regresar a España.

En Chile, Di Stéfano, que no jugó, era el 6, Luis Suárez el 21, Gento se quedó el 9, el 14 fue Puskas.… Porque en realidad no era una elección, era un reparto de dorsales por orden alfabético.

Sólo u, porque en Qatar habían aparecido anuncios con Pedri luciendo el 10 de España. Pero el orden es el orden, y en la selección se respeta la jerarquía estipulada, la que dice que elige el internacional que lleva más partidos. Por eso Asensio se quedó con el número que desde que no está Thiago tiene al tres veces campeón de Europa con el Real Madrid como propietario cuando ha estado.

Pero la mística del 10 no es un elemento que se una al fútbol desde sus inicios. De hecho, hasta la quinta Copa del Mundo, la de Suiza en 1954, la FIFA no estableció que los convocados jugaran toda la competición con el mismo dorsal. El primer campeón del mundo con el 10 fijo fue el alemán Werner Liebrich.

España tuvo que esperar hasta el Mundial de Chile de 1962. En un equipo repleto de estrellas (Di Stéfano, Luis Suárez, Gento, Puskas, Del Sol…), el 10 fue para uno de los laterales izquierdos: el barcelonista Sígfrid Gracia (1932-2005). De los 10 partidos que jugó con la selección española, dos fueron en el Mundial chileno: en la victoria a México (1-0) y la derrota ante Brasil (2-1) que mandó a España casa. Ese día, en el Sauzalito de Viña el Mar, le tocó marcar al mejor jugador de ese Mundial, Garrincha. “Ha sido el mejor, por encima de Pelé. Garrincha, a quien me correspondió marcar en el partido contra Brasil, me hizo pasar muchos apuros. Lleva el balón cosido a la bota y finta diabólicamente”, explicaba al regresar a España.

Sólo un doblete: Cesc

Cuatro años después, el 10 sí recayó en un jugador que cuando el fútbol convirtió los dorsales en un termómetro de talentos estaría en lo más alto: Luis Suárez. El gallego, único Balón de Oro masculino nacido en España, llevó ese dorsal.

Sígfrid Gracia, con la selección.

En las 16 presencias de la selección española en la Copa del Mundo desde que se estrenara en Italia 1934, sólo hay un jugador que ha portado en dos ediciones el dorsal que engrandecieron estrellas de la talla mundial de Pelé, Maradona, Platini, Zico… Se trata de Cesc Fábregas.

Después de jugar en 2006 con el 18, Cesc pudo elegir el 10 a las puertas de la Euro de 2008. Con ese dorsal fue campeón de Europa, dos veces, del mundo, lo lució en Sudáfrica y Brasil y jugó 86 de sus 110 defensas de la camiseta de España.

Ahora Asensio, que en el Mundial de Rusia fue el número 20, se suma a la nómina de españoles mundialistas con 10 a la espalda.

Fuente/marca.com

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