miércoles, 27 noviembre de 2024

El Tercer Ojo

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Un turista destrozó dos esculturas de los Museos Vaticanos porque no pudo ver al Papa

Según las primeras investigaciones, el atacante pidió una cita de improviso y al obtener una respuesta negativa descargó su furia contra dos bustos romanos

Un turista lanzó violentamente contra el suelo dos bustos romanos expuestos en los Museos Vaticanos y pensaba seguir con los destrozos si no fuera por la intermediación de un guía turístico, que le impidió que continuara derribando otras esculturas.

Sucedió durante la mañana en el Museo Chiaramonti, dentro del complejo de los Museos Vaticanos, en la colección que reúne retratos romanos y tiene el apellido del Papa Pío VII.

La oficina de prensa de los Museos Vaticanos lo considera “el gesto de una persona trastornada”. Se trata de un visitante de mediana edad procedente de Estados Unidos y de origen egipcio. Según las primeras investigaciones, había solicitado ver al Papa y al recibir una respuesta negativa arrojó dos esculturas al suelo. No está claro cómo consiguió hacerlo, ya que teóricamente estaban ancladas.

Luego del ataque al patrimonio, el agresor intentó escapar y agentes de seguridad lo detuvieron. Inmediatamente fue puesto a disposición de la gendarmería vaticana. El equipo de restauración de mármol del Museo aseguró que los daños “no son significativos” y que ya está trabajando para repararlos.

En una fotografía publicada en Facebook por un guía turístico, se pueden ver dos bustos en el suelo. Uno presenta daños en la nariz y otro en la base. La imagen fue publicada también en el perfil de Instagram @vatiland, del guía turístico Erik Walters. Éste asegura que el hombre que aparece agachado a la izquierda es el autor de los desperfectos, informó ABC.

“El tipo arrodillado de la izquierda en una de las galerías de los Museos Vaticanos derribó dos bustos romanos de mármol de 2.000 años de antigüedad. Una imagen vale más que mil palabras”, escribe.

El Museo Chiaramonti surgió en 1806, después de que los museos tuvieran que ceder gran parte de sus obras a la Francia de Napoleón, cuando el entonces pontífice emprendió una campaña para adquirir nuevas piezas.

Lo curioso de esta galería es que Antonio Canova la dispuso en el siglo XIX siguiendo los criterios de Quatremère de Quincy, que, como recoge la guía general a la Ciudad del Vaticano, para criticar la expoliación de obras emprendida por Napoleón, recordó que “las obras de arte son comprensibles sólo si se conservan en su lugar original y pueden compararse con ejemplares de menor calidad”.

Fuente/infobae.com

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